Dos años y nueve meses de cárcel y cinco de alejamiento como presunto autor de dos delitos de violencia sobre la mujer. Esta es la pena que pide el fiscal para un acusado de agredir, insultar y controlar de forma férrea a su pareja, hasta el punto de intentar cortar los lazos que ella tenía con sus amigos y su familia. El juicio está fijado para el lunes en el Juzgado de lo Penal 3 de Vigo.

El control supuestamente ejercido por el acusado se mantuvo durante toda la relación y las rupturas temporales que existieron. El noviazgo empezó en mayo de 2010. La pareja residía en la casa de la madre de él. El fiscal relata que desde el inicio el acusado empezó a controlar las llamadas que la mujer recibía en su teléfono móvil, así como sus salidas del domicilio, "reprendiendo" a la perjudicada y mostrándose desafiante si recibía llamadas de amigos, especialmente si eran varones. En julio de ese 2010, ante esa situación, ella se fue a vivir con su madre y él no habría cesado en su actitud, telefoneándola de forma continua. Ya a principios de 2011 él alquiló una habitación en un piso en Vigo y la pareja retomó la relación. Siempre según la Fiscalía, el acusado la golpeó y zarandeó "en repetidas ocasiones", sobre todo si la mujer saludaba o hablaba con otros compañeros que residían en la casa.

De nuevo hubo una ruptura, en el verano de ese 2011, pero a finales de año volvieron a convivir. Él supuestamente seguía controlando las llamadas y con quien se reunía. Un violento incidente en julio de 2012 -ella se fue a casa de su madre y él llamó insistentemente al telefonillo y golpeó la puerta- llevó al hermano de la víctima a alertar a la Policía. El juzgado acordó una orden de protección pese a lo cual un día, al ir ella a su casa, él la zarandeó, empujó y le pilló un brazo con la puerta.