Alivio y emoción. Gerardo, Inés y sus tres hijos consiguieron ayer una prórroga de diez días para evitar su desalojo del inmueble en el que viven en la calle Barcelona. El juzgado atendió a las peticiones de la familia, la Xunta y los diversos colectivos de la ciudad que les habían mostrado su apoyo en las últimas fechas y aceptó la moratoria que le solicitaban para poder encontrar una nueva vivienda.

Fue la presidenta de la Federación de Vecinos Eduardo Chao (Favec), María Pérez, la encargada de transmitirles la decisión judicial. "Hablamos con la juez para explicarle la situación y por suerte nos dio la razón y nos ofreció este aplazamiento que significa una oportunidad para ellos", indica Pérez.

Tanto la familia afectada como la propia Favec ya han comenzado la búsqueda de la que será su nueva vivienda. El pasado jueves recibían la noticia de que la actual propietaria del inmueble en el que residen, a la que adeudan 3.300 euros, había encontrado nuevos inquilinos para el piso. "Ya estamos buscando una casa sin descanso, pero ahora tenemos que celebrar este aplazamiento del juzgado porque para nosotros es un alivio", comenta el padre de familia.

Otra de las prioridades para ellos es obtener un empleo. Gerardo fue transportista en el pasado y ha recibido una oferta de trabajo como conductor de camión. El problema es que no tiene permiso de conducir para ese tipo de vehículos ni medios para conseguirlo. "Ojalá alguien me ayude y pueda sacarme el carné para poder ganar dinero y tener una vida normal", apunta Gerardo.

Por ahora, los cinco miembros de la familia tendrán una ayuda inicial de la Xunta para soportar los primeros gastos que supone un nuevo alquiler. Además recibirán 200 euros al mes del Gobierno autonómico. También el Concello les entrega una asistencia de hasta 600 euros y les ofrece la posibilidad de solicitar el cheque social y la Risga.

Para hoy a las seis de la tarde en Castrelos está prevista una gran recogida de alimentos que llenen la despensa de esta familia en el que será su nuevo hogar.