Coincidiendo con la fecha de aprobación del primer texto legislativo europeo sobre la materia, hoy se celebra el Día Europeo de la Mediación. En Vigo, además de algunas entidades privadas que apuestan por este procedimiento, una de las caras más visibles de esta vía alternativa a los juzgados es el servicio de mediación intrajudicial dependiente de los tribunales de Familia, que en sus primeros cuatro años de funcionamiento ha logrado resolver con éxito casi un centenar de asuntos. Pero la generalización de estos procesos en otros ámbitos como el civil, el laboral, el penal o el mercantil -y que la ciudadanía conozca en qué consisten y cuáles son sus beneficios- es aún una asignatura pendiente. Convencidos de la idoneidad de la mediación, varios profesionales vigueses han impulsado un grupo de trabajo centrado en formarse y en difundir esta técnica. Desde el pasado verano se reúnen mensualmente en el Centro Cívico del Casco Vello y están preparando una charla informativa para este febrero.

Manuel Castells, decano del Colegio de Procuradores de Vigo, es uno de los integrantes del grupo. Junto a él están los abogados Xosé Lois Valcárcel, Begoña Carrera, Paz Aldavero, María Jesús Sarabia y Eva Núñez, así como la ingeniera Mercedes Díaz y la psicóloga Patricia García. "El fin es dar a conocer la mediación y que los ciudadanos pueden acceder a estas técnicas", concretan Castells y Valcárcel.

A grandes rasgos, la mediación es un procedimiento voluntario en el que con la ayuda de un tercero imparcial, el mediador, son las partes en conflicto quienes tratarán de llegar a un acuerdo. Puede ser intrajudicial -como el servicio que funciona dependiente de los juzgados de Familia o el primer caso que recientemente se ha resuelto con éxito también en la ciudad olívica derivado por una sala de Instrucción- o extrajudicial. En este último caso, si se llega a un acuerdo éste se puede elevar a público y tener valor de título ejecutivo. Es decir, sería como una sentencia: si no se cumpliese lo acordado, se instaría su ejecución. Los miembros de este grupo vigués que apuestan por la mediación destacan la "satisfacción emocional" de esta técnica. "Son los propios interesados los que alcanzan una solución que satisfará a ambas partes; no es un tercero, el juez, el que debe decidir", resumen.