La reunión que mantendrá esta tarde la ministra Dolors Montserrat con la cúpula de Conxemar ha devuelto al empresariado más dependiente de la actividad portuaria la confianza en que sirva para encontrar una solución a un problema enquistado desde hace 20 años, el señalado popularmente como tapón del Puesto de Inspección Fronterizo (PIF). Quienes se han visto afectados en alguna ocasión por ese "excesivo celo" de los inspectores o los que escarmentados de tanta retención injustificada de sus contenedores ya operan a través del portugués de Leixões admiten que en ese servicio de Guixar hay muchos culpables pertenecientes a distintos ministerios. Pese a esta precisión, para estos empresarios el mero hecho de que la titular de Sanidad quiera escuchar la versión directa de una organización de la relevancia de la dirigida por José Luis Freire es un "paso esperazandor" al gestualizar al menos la intención de abordar el remedio a un agujero por donde el Puerto pierde al año más de 50.000 toneladas.
En las reuniones de estos últimos meses del grupo de trabajo del Crecimiento Azul quedó claro que los fallos de funcionamiento del PIF vigués van más allá de la actitud de unos cuantos inspectores. Que además falta unidad de criterio y coordinación en el despacho de mercancías al intervenir muchos funcionarios y de distintos ministerios. Además de los de Sanidad Exterior, en la diana de las críticas más encendidas figuran los del Soivre. Creado en 1934 para velar por la calidad de las exportaciones, este organismo del Ministerio de Economía ha extendido con el paso del tiempo sus competencias a la importación. El rigor de los primeros quedó probado cuando en octubre retuvieron contenedores con langostino argentino por defectos en la tinta de los certificados de las autoridades patagónicas. Pero los del Soivre no se quedan cortos. "Por un defecto en el embalaje de conserva te buscan las cosquillas", comenta un veterano transitario.
"A por el mínimo fallo"
Esta afirmación enlaza con el resumen que hacen otro empresario de la forma de actuar de los funcionarios del PIF en comparación con los de Leixões: "Mientras en Vigo se afanan en buscar el mínimo fallo como pretexto para anular el despacho de un contenedor, en Portugal inician la inspección partiendo de la base de que todo está en regla". Tal vez por ser tan escasas. el coste de un cargamento parado en la terminal lusa cueste bastante más que en Vigo, con una diferencia superior a 50 euros.
Aunque en general, introducir las mercancías por Leixões resulta bastante más caro que hacerlo por Vigo. Según estimaciones de las empresas, empleando la misma naviera, la tarifa total de un contenedor que entra por Leixões cuesta hasta hasta 500 euros más que por Guixar. Y no solo por el sobrecoste de su transporte por carretera hasta Vigo. Esto demuestra, según los afectados, hasta qué punto el PIF de Guixar ha generado inseguridad entre esos importadores que ya optan por Portugal para asegurarse una descarga sin problemas.
Con estos antecedentes la iniciativa de unos empresarios por recuperar el tráfico de la fruta en Vigo se presenta como una temeridad. Hace más de un año que invirtieron un millón de euros en la nave rotulada como Vigo Fresh Port y la actividad en estas instalaciones es mínima. Tras muchas visitas de los responsables de Sanidad, entre otros funcionarios, aun carecen de los permisos exigidos. El Puerto responsabiliza a estos inspectores de arruinar esta iniciativa empresarial al obstaculizar la temporada de fruta sudafricana que ya estaba a punto de entrarles por la puerta.
Ante la fama que ha ganado lo del PIF de Guixar como cuestión "irresoluble", la resignación se ha extendido entre los afectados. Solo la intervención de la ministra de Sanidad podría devolverles la confianza en el inicio de una solución. El presidente del Puerto confía en la buena voluntad de Dolors Montserrat, y que los directivos de Conxemar expongan sin fisuras toda la problemática. "Ahora o nunca", insiste López Veiga. Él también estará en la reunión de hoy con la ministra que finalmente se celebrará en el Senado, y a la que acudirá el máximo responsable de la asociación, el vigués José Luis Freire, juntos a otros directivos, además del organizador de la cita, el senador del PP y portavoz de Pesca en la Cámara Alta, Miguel Fidalgo.
