Desde que recibió la denuncia por un presunto atentado contra la autoridad y lesiones, hace ya más de dos años, Diego Lores asegura haberse sentido "apoyado y respaldado" por sus amigos, familia y vecinos. A pesar de ese colchón, la pena solicitada por la acusación particular le ha afectado tanto a él como a su entorno. Ayer, después de muchos meses, reconocía "respirar con tranquilidad" al fin tras recibir la noticia de que el agente de policía había decidido retirar su denuncia. "Se rubricó que se bajaba de esta historia", comentaba el activista.

Por la tarde celebraba esa suspensión del juicio -fijado para esta misma mañana- en la iglesia del Cristo de la Victoria, donde cientos de personas lo apoyaban desde el domingo con un encierro de 48 horas que finaliza hoy. A pesar del archivo de la causa, los organizadores decidieron mantener la movilización, que a primera hora de la tarde cedía parte de su tono reivindicativo por otro más festivo, distendido.

"Creo que la respuesta colectiva ha influido en lo que ha ocurrido; la respuesta de tantas personas, tanto cariño... Generó presión", reflexiona Lores, quien opina que procesos como el que ha vivido él en los juzgados suponen una forma "distinta de represión" para desmovilizar a la gente e imprimirle "miedo".

Lores asegura que lo que le llevó a manifestarse en contra de instalar el Alfageme en la rotonda de Coia es que se "tirasen" fondos públicos "en tonterías" en vez de dedicarlos a atender casos de emergencia social. También rechaza las críticas que lo señalan como un "activista profesional" o aquellas que lo consideran alguien ajeno a Coia, donde se han movilizado numerosos vecinos para solicitar su absolución.

A lo largo de las últimas semanas el caso de Lores generó una oleada de solidaridad. Además del encierro de 48 horas que arrancó el domingo, la Asemblea Aberta de Coia ha logrado acumular un millar y medio de firmas a favor de la absolución del activista. Entre las personas que aportaron su rúbrica están el escritor y periodista Manuel Rivas; el histórico dirigente nacionalista Xosé Manuel Beiras; el portavoz de En Marea en el Parlamento de Galicia, Luis Villares; la europarlamentaria del BNG, Ana Miranda; la eurodiputada de Anova, Lidia Senra; y el expresidente de la RAG, Xosé Luís Méndez Ferrín.