Los residuos de papel y cartón, vidrio o los envases ligeros no son los únicos que aumentaron en 2016. También lo hizo la denominada "fracción resto", que son todos aquellos desperdicios que se arrojan al tradicional contenedor verde: desechos de alimentos, otros materiales orgánicos o que no pueden reciclarse... En 2016 el Concello contabilizó unas 113.300 toneladas de este tipo de basura, casi un 3% más que el año anterior y el mayor dato desde 2011, cuando se anotaron poco más de 119.900 toneladas.

El repunte de este tipo de desperdicios está directamente relacionado con la economía y los niveles de consumo. A más compras, más desechos y mayor volumen de material arrojado a los contenedores. Una prueba de ese vínculo es que el número de toneladas retiradas se desplomó entre 2009 y 2013 por efecto de la crisis, para remontar tímidamente a partir de ese año. En 2015, con todo, se anotó una pequeña caída.