Vigo se despidió de 2016 y estrenó el nuevo año con los paraguas acumulando polvo. A pesar de que hace ya casi un mes que arrancó el invierno, Galicia está disfrutando de un tiempo anticiclónico, casi primaveral, con temperaturas agradables y escasas lluvias. Tan escasas que según los datos recabados por Meteogalicia, este ha sido, como mínimo, el inicio de invierno más seco de la última década. La estación meteorológica que la agencia tiene en el campus ha anotado desde el pasado 21 de diciembre nueve días de lluvia, durante los que se recogieron 17,4 l/m2. Solo los supera el invierno de 2014-215, cuando -a lo largo del mismo período- se contabilizaron 12,4 l/m2, si bien en aquella ocasión el observatorio anotó dos jornadas con precipitaciones. Los datos más antiguos que aporta Meteogalicia en su web son de 2006 y, al menos desde entonces, el de 2014-2015 es el único invierno que supera en sequía al actual.

El "retrato" que aporta la estación de Meteogalicia enclavada en el puerto es incluso más gráfica. Durante el mismo lapso -del 21 de diciembre hasta ayer mismo- se recabaron 9,9 l/m2, que cayeron en seis días. El dato no solo es muy inferior al del período equivalente del último invierno, cuando se alcanzaron 325,9 l/m2 tras 18 jornadas con lluvias; sino que, además, supera al de la estación 2014-2015, que dejó un balance de 16,6 l/m2. En aquella ocasión sin embargo el número de días con precipitaciones fue muy inferior: solo dos.

Este invierno "primaveral" llega precisamente después de que Vigo registrarse el año pasado su inicio de estación más lluvioso desde hacía tiempo. Según el observatorio situado en el campus se anotaron 441,5 l/m2 durante 20 días de precipitaciones. Solo en un día -el 3 de enero- se alcanzaron 87,5 l/m2, que es cinco veces más de lo que se ha registrado desde que entró la estación, el 21 de diciembre.

El parte meteorológico para la próxima semana anuncia también sol y algunas nubes, pero sin rastro de lluvias. Una situación que ha dejado en las últimas semanas estampas propias de la primavera, como terrazas repletas o gente paseando por Samil. También las tiendas de ropa sienten sus efectos en la venta de prendas para la lluvia.