Sus ilustraciones muestran escenas de la vida cotidiana, "películas a cámara lenta" que ofrecen una original visión "colorista y caricaturizada" de la ciudad. Carlos Castro se aficionó hace un par de años a recorrer las calles y paisajes de Vigo en busca de rincones en los que sentarse durante unas horas a "observar" y dibujar. Y fruto de este empeño personal y ha editado un libro con casi 60 dibujos que también incluyen algunas estampas de Nigrán, Baiona o Pontevedra.

"Hay realismo en las ilustraciones porque trato de captar todo lo que veo pero, al mismo tiempo, también lo reflejo desde una visión más onírica y utópica. Estoy enganchado a este proyecto, hay mil rincones por descubrir", destaca este autor de 31 años que se recuerda dibujando toda la vida.

De pequeño pintaba a Son Goku y Spiderman en sus ratos libres y acabó formándose en Ourense como ilustrador, profesión a la que se dedica actualmente y que también compatibiliza con el desarrollo de figuras en 3D.

Su libro sobre Vigo incluye panorámicas del Puerto y la ciudad con las Cíes o el monte O Castro como fondo, pero también captura momentos de actividad diaria en las animadas calles de Urzáiz y Gran Vía o del tráfico en torno a Plaza de España. En una de sus ilustraciones, el Sireno contempla a los vigueses bajo la lluvia y en otra un trasatlántico emerge entre los tejados del Casco Vello.

Carlos también retrata escenas de la celebración de la Reconquista o del festival de deporte y cultura urbana O Marisquiño. Y su colección no para de crecer. Santiago de Vigo, O Castro o el paseo del Lagares protagonizan algunas de sus últimas creaciones y su aspiración es editar otro libro con nuevas ilustraciones y un formato mayor para apreciar todos los detalles que incluye en cada una de ellas.

"Estoy contento porque a la gente le gusta el estilo y el colorido del libro y se siente identificada con los lugares escogidos. El más ilusionado es el público joven", celebra. Toda su obra, que también incluye ilustraciones realizadas durante estancias en Florencia o la República Dominicana, puede ser admirada, así como adquirida, a través de su web -ccp85.com- y de sus páginas en redes sociales. Gracias a ellas, el creador está dando a conocer su ciudad de origen al resto del mundo. Pero sus dibujos también sorprenden a los propios vigueses.

"Hasta que no te paras a dibujar no descubres realmente todos los detalles arquitectónicos de los edificios tan bonitos que tenemos. Y también te detienes a observar a la gente y a escuchar cómo hablan. Es una forma de hacer turismo en tu propia ciudad, la ves con otros ojos y profundizas más", reflexiona.

Todo lo contrario de lo que le ocurre al visitante "que pasa corriendo por los lugares, hace la foto y se va", compara. "Yo antes siempre llevaba la cámara conmigo y la afición por la fotografía me ha ayudado, pero volví a la ilustración porque te permite llegar más allá", comenta.

Más de un transeúnte se ha acercado a él tras sorprenderlo en plena calle con sus bocetos, que toma a lápiz y bolígrafo: "No es lo más común ver a alguien dibujando y mucha gente se interesa por lo que haces. Aunque siempre intentas escoger un lugar tranquilo que se acaba convirtiendo en una especie de zona de meditación en la que estás concentrado y observando".

Sus ilustraciones también muestran a los vigueses disfrutando de los arenales de Samil, Canido o Calzoa, rincón que a él le trae especiales recuerdos. "Todas las que muestran el mar me gustan especialmente pero en la playa de Coruxo pasé mi infancia y cuando la estaba dibujando había unos niños jugando al fútbol que me recordaban a mí de pequeño. Las nuevas generaciones siguen yendo allí para disfrutar como hacíamos nosotros", señala.

La pasión por los cómics que siente desde crío queda patente en las creaciones de Carlos, que incluye entre sus referentes a Moebius, el ilustrador francés que revolucionó la historieta de ciencia ficción. Su currículo también incluye algún mural y aplaude la iniciativa municipal de convertir a Vigo en un referente del arte urbano: "No me gustan las paredes grises y siempre que sean proyectos serios y bien ilustrados embellecen la ciudad".