El gobierno vigués se convirtió ayer en la primera urbe gallega y una de las pocas grandes ciudades del país en aprobar su presupuesto para 2017. Serán unas cuentas "históricas", en palabras del alcalde, Abel Caballero, que alcanzarán los 233 millones de euros y que se empezarán a ejecutar el día 1 de enero. El concejal de Hacienda, Jaime Aneiros, avanzó ayer en el pleno que ya se están tramitando proyectos del próximo ejercicio para acelerar su ejecución al máximo. Por segundo año consecutivo, la mayoría absoluta permitió al PSOE sacar adelante las cuentas en solitario y de forma anticipada sin necesidad de negociar con la oposición. PP y Marea votaron en contra por considerar que "no se ha escuchado a los ciudadanos" a la hora de planificar las inversiones y lamentaron el rechazo de todas sus enmiendas y las presentadas por 40 colectivos sociales: "El presupuesto sale con el rodillo", criticó la portavoz popular, Elena Muñoz.

Frente a las críticas de la oposición, el portavoz socialista, Carlos López Font, defendió que el nuevo presupuesto "incorpora las sugerencias recogidas durante todo el año a raíz del contacto directo con la ciudadanía" y argumentó que ser de las primeras ciudades en contar con presupuesto "es un arma política de enorme importancia para seguir transformando la ciudad".

El concejal de Hacienda, responsable de defender el documento y explicar la desestimación de las 60 enmiendas planteadas por PP y Marea y las 40 que hicieron llegar particulares durante el periodo de exposición pública, aseguró que algunas ya estaban recogidas, otras eran "inviables" económicamente y que había algunas que planteaban sustituir unas calles a humanizar por otras y debe ser el gobierno local el que fije las prioridades. Respecto a las registradas por el BNG, sin representación en la Corporación, Aneiros aseguró que caían "en el fariseísmo político" al "sustituir" unas partidas culturales y de educación por otras.

El socialista insistió en que todas las alegaciones se respondieron "de forma motivada" y a continuación se enfocó hacia la defensa del proyecto. "Es lo que necesita Vigo. Nos centramos en el crecimiento de la ciudad a través de la creación de empleo y la atención de las personas reforzando las políticas sociales", aseguró en su intervención. Las cuentas incluyen 15 millones para acción social, 13 para educación, 12 para deporte y 5 para planes de empleo además de los 16 millones del capítulo de inversiones que este año se incrementan. "Escuchamos lo que necesita la ciudadanía", concluyó Aneiros en respuesta a las críticas de la bancada de enfrente.

Elena Muñoz atribuyó el rechazo de todas las enmiendas a un intento del gobierno local "por imponer el pensamiento único". La portavoz popular acusó al PSOE "de estar lejos de las necesidades de los vigueses" y criticó al alcalde por "jactarse" en su balance del año político en Vigo cuando, censuró, "tiene bloqueadas las cuentas de Zona Franca valiéndose de un reglamento franquista". Muñoz reclamó que deje de cobrarse el IBI a la Universidad, que se den ayudas a entidades como la Fundación Laxeiro y que se refuercen las partidas para promoción turística.

Desde Marea insistieron en que las cuentas "no se consultaron con los vecinos" y exigieron "mayor transparencia". "Vigo necesita una nueva cultura presupuestaria", enfatizó Rubén Pérez, que defendió la "legitimidad" de que algunos colectivos se cuestionen la necesidad de invertir tanto en humanizaciones y asociaciones o empresas culturales que se beneficiarían del medio millón de euros previsto para la tercera fase del programa de medianeras.