Un innovador método de detección del parásito anisakis en el pescado fresco, muy demandado por la industria pesquera y por las autoridades de inspección alimentaria, ha sido distinguido con el Premio de Investigación 2016 de la Real Academia Galega de Ciencias (RAGC), que celebra su vigésimo quinta edición y está dotado con 6.000 euros. El equipo galardonado forma parte del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM) que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) tiene en Vigo. Los premios serán entregados en una ceremonia que se celebrará en enero en Santiago.

El equipo formado por Mónica Carrera, José Manuel Gallardo, Santiago Pascual, Ángel González y María Isabel Medina propone una solución al importante problema que representa el anisakis para una industria estratégica en toda Europa, y muy especialmente en Galicia. El pescado fresco representa el 63% de toda la cesta de productos del mar, en la que el parásito anisakis tiene una presencia muy preocupante para los consumidores, la industria pesquera y la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, que vienen demandando mayores esfuerzos de investigación para solucionar el problema. El parásito está presente en especies tan comerciales como la merluza, el bacalao, el jurel, la xarda o el calamar. "Los problemas causados por el parásito han aumentado en los últimos tiempos debido al hábito de consumir el pescado crudo o poco cocinado, algo que no sucedía hace años", advierte Santiago Pascual, uno de los investigadores principales del proyecto.

El equipo del IIM diseñó un método de control rápido y específico para la detección de diferentes especies de este parásito utilizando la espectrometría de masas aplicada a la proteómica (análisis de proteínas a gran escala). Este método supera las limitaciones de los existentes hasta ahora, demasiado laboriosos y lentos o incapaces de cubrir diferentes especies. En menos de dos horas, es capaz de detectar las variedades de anisakis más comunes, revelándose así como una solución eficaz para que la industria pesquera pueda garantizar la seguridad de una amplia gama de productos.

Para realizar la investigación, el equipo utilizó muestras de anisakis procedentes de la Unidad Técnica de Biobanco de Parásitos del IIM.

Hasta ahora, los únicos tratamientos son los que atajan los síntomas y la extracción endoscópica de las larvas por cirugía. Para evitar la infección por este parásito es necesario congelar o calentar a más de 60ºC el pescado, pero en el caso de las personas sensibles a sus alérgenos, que son resistentes al calor y al frío, estas medidas no sirven, por lo que la única solución es una dieta libre de productos del mar.

"A pesar de los posibles riesgos, hay que recordar al consumidor que el pescado posee unas proteínas excelentes para nuestra salud, por lo que merece la pena seguir investigando para evitar sus riesgos", asegura Pascual. De hecho, el investigador indica que el uso generalizado del nuevo método garantizaría un alto nivel de seguridad en el consumo de pescado fresco. "Nosotros ya hemos desarrollado la técnica y se la hemos acercado durante un año a numerosas instituciones y a los productores pero de momento nadie ha tomado medidas de gestión; ahora toca que sean ellos los que den los pasos para introducir estos sistemas masivamente", considera Pascual.

La mayoría de los casos de infección por anisakis en humanos ocurren en Japón, España, Italia, Sudamérica y Estados Unidos, aunque se considera una enfermedad infradiagnosticada e infradeclarada.