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Fue noticia en 1916

La Base Naval de Ríos fue el germen del nacimiento de la ETEA

El Gobierno compró el espacio por 6.000 pesetas tras un litigio con los vecinos y lo convirtió en un polvorín de minas y estación de torpedos

Arriba, aspecto de la ETEA durante uno de sus actos militares. A la derecha, una de las clases. // FdV

Fue a finales del mes de diciembre de 1916 cuando nació de forma oficial la Base Naval de Ríos. Fue el inicio de la ETEA, Escuela de Transmisiones y Electricidad de la Armada que funcionó hasta el año 2002 en la que fue desmantelada. A lo largo de su historia tuvo numerosas modificaciones y también momentos cargados de simbolismo. Pero todo nació de una forma peculiar, en una época donde los militares tenían un gran poder.

El Gobierno decidió en 1916 establecer tres lugares para poder suministrar material a sus buques de guerra. Eligió Marín, Vilagarcía de Arousa y Vigo. Cada uno de los sitios tenía que cumplir con unas determinadas características. En ría viguesa se eligió Teis. El jugar escogido era resguardado del viento, de posibles temporales y estaba alejado de viviendas. Allí se colocaría un polvorín de minas y también una estación de torpedos. El sitio parecía el ideal, ya que estaba a una cómoda distancia del puerto vigués.

Las autoridades tuvieron que negociar con los propietarios de los terrenos y también con el Ayuntamiento de Lavadores, en teoría uno de los que poseía intereses en la zona. Cuentan algunos documentos que no todo fueron facilidades. El desencuentro sobre el precio que se debía abonar por el espacio provocó que el proyecto se retrasara durante un año.

El Gobierno aceptó pagar las 6.000 pesetas de aquella época para solucionar el conflicto. Las obras comenzaron de inmediato y tardaron poco más de dos meses. En los últimos días del año 1916 ya estaba operativa con una destacamento compuesto por 28 hombres.

De esa forma nacía la ETEA, aunque ese nombre no se cambió hasta 1951. Se le puso Escuela de Transmisión y Electricidad de la Armada. Varios años más tarde se volvió a modificar, aunque no perdió sus iniciales. Se cambió la palabra electricidad por electrónica. Por sus numerosos y fuertes edificios pasaron numerosas generaciones de militares y también Juan Carlos de Borbón, Juan Carlos I y el Príncipe Felipe. Todos ellos realizaron visitas a uno de los lugares que se podría considerar como emblemáticos de la armada española.

La Base Naval de Ríos funcionó como polvorín durante mucho años. Allí se almacenaba la munición de los buques españoles. Muchos de ellos pasaban por el puerto vigués también para abastecerse de provisiones. Camilo Molins fue su primer comandante. Fue el encargado de poner en marcha la instalación sin saber que se convertiría con el paso del tiempo en una referencia nacional.

Las instalaciones se cerraron en 2002. En la actualidad, una gran parte del espacio permanece abandonado. Hace unos año se constituyó la asociación Marinetea que se ha preocupado de cuidar el patrimonio y la historia de un singular complejo militar. Es recomendable una visita al pequeño y acoger museo que se encuentra cerca de la entrada.

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