El mar supone, sin duda alguna, una oportunidad para el futuro energético y económico de Galicia y la Universidad de Vigo está marcando el camino a seguir con el proyecto Life DemoWave, una iniciativa con financiación europea que diseñará y fabricará dos prototipos para aprovechar la fuerza de las olas. Tres grupos de investigación de Industriales y Telecomunicación, las empresas Quantum Innovative y Hércules Control, el Cetmar, ACSM y Josmar forman parte de un consorcio que empezó a trabajar a finales de 2015 y que ya ha iniciado los ensayos con los primeros prototipos.

"Después de Gales, la costa gallega por su orografía y características es la de mayor potencial en Europa para aprovechar la energía de las olas. Apostar por esta línea de negocio supondría para la comunidad una ventaja competitiva muy importante, permitiría diversificar fuentes de empleo y nos daría independencia energética", destaca Santiago Tuñón desde Quantum.

En su sede de Porto do Molle han construido un tanque de oleaje de 6 metros de alto por 1,5 de alto y una capacidad de 9.000 litros de agua. Los primeros prototipos validados en esta instalación tienen un metro de altura, incluida la parte sumergida, y darán lugar a otros dos de mayor tamaño que se pondrán a prueba en Punta Langosteira. "Estamos en el proceso de negociación con la Xunta pero el Inega ya mostró su interés por desarrollar allí los experimentos. Es el lugar ideal", añade.

Hasta ese momento, el tanque permite a los investigadores validar sus diseños en condiciones normales de oleaje -a escala 1.30- y también en casos extremos, pues genera olas máximas de 300 milímetros que equivaldrían a tres metros en el océano.

Estos primeros experimentos tienen como objetivo testar el funcionamiento del sistema, así como su supervivencia en el mar y la tensión de los amarres.

"Nuestro diseño se diferencia de los actuales generadores en su sistema de cilindros interno, que está aislado y ofrece la mayor dificultad. También supone que el generador tenga más peso, por lo que hay que tener más cuidado con los amarres y la estabilización. Por ahora, la validación está resultando positiva y en el primer trimestre del año que viene desarrollaremos modelos más actualizados antes de iniciar los experimentos en el mar", explica Pablo Yáñez, investigador del proyecto.

En Punta Langosteira se pondrán a prueba dos prototipos -uno con un sistema hidráulico y otro mecánico- con 2 metros y medio de diámetro y una envergadura de 6 metros, de los que unos 4 permanecerán sumergidos, reduciendo así su impacto visual.

Cada uno de ellos tendrá una potencia de 25 kilovatios (kW) y los investigadores calculan que serán capaces de generar 200.000 kW por hora al año de forma conjunta, lo que supondrá dejar de emitir a la atmósfera 49 toneladas anuales de CO2. Los resultados obtenidos deberán ser escalables a dispositivos de mayor tamaño que ya se podrían comercializar y que tendrían una potencia mínima de 500 kW.

Además de comprobar su eficiencia energética y su supervivencia en las condiciones extremas del océano, el proyecto contempla el análisis del impacto ambiental de los generadores, que correrá a cargo de los expertos del centro tecnológico Cetmar.

"Por ahora estamos en las fases incipientes, pero lo que nos gustaría es que todo el conocimiento y la tecnología que desarrollemos sea aprovechada para que Galicia explote esta energía y se posicione de forma estratégica. El proyecto debería seguir creciendo de la mano de una empresa o de la Administración", expresa Santiago Tuñón.

El experto de Quantum pone como ejemplo al País Vasco, que cuenta con una planta undimotriz de referencia en Europa en la localidad costera de Mutriku. "Nos gustaría contar en Galicia con una apuesta parecida", apunta.

La iniciativa viguesa está en consonancia con las políticas y requisitos energéticos de la UE, que fija como objetivo para 2020 que el 20% de la energía proceda de fuentes renovables. Un porcentaje que en 2030 debería alcanzar el 30%.

El proyecto DemoWave cuenta con una financiación de 1,8 millones hasta 2018 conseguida dentro del competitivo programa Life y tiene su origen en dos patentes licenciadas por Quantum, una spin-off de la universidad viguesa.

Tuñón destaca que la iniciativa ha sido posible gracias al "empeño personal" del profesor José Antonio Vilán, que se recupera de un grave accidente sufrido el pasado marzo. "Él fue el que puso la primera piedra", reconoce.