A Gonzalo, trabajador de Citroën de 38 años, la noticia de que padecía leucemia le llegó de forma fulminante tras una revisión en el trabajo. Los análisis arrojaron un resultado que no dejaba lugar a dudas y tuvo que trasladarse sin demora al hospital. Allí empezó su lucha. Los médicos no encontraron ningún donante compatible para un transplante de médula y fue su padre, con un 50% de compatibilidad, quien finalmente hizo la donación. El 3 de noviembre pasó por quirófano. Esa experiencia hizo aflorar el alma de guerrero que lleva dentro Gonzalo, quien no solo combate con la enfermedad desde su sala de aislamiento total del Cunqueiro, sino también en las redes sociales. Con la cuenta de Facebook e Instagram "Keep Calm and dona médula" intenta concienciar sobre la importancia de la donación de médula para salvar vidas. "Lo fundamental es que el banco esté a tope, nos puede pasar a cualquier", anota su mujer, Ana B. Soliña.