El formol es un compuesto químico necesario para la fijación de las muestras y tejidos que, por ejemplo se extraen a los pacientes en los quirófanos, para que los analice Anatomía Patológica. El problema es que "puede provocar cáncer", según la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) que ha elevado su riesgo de la categoría 2 a la 1. Por ello, en el Hospital Álvaro Cunqueiro han incorporado dos máquinas de envase al vacío que evitan el contacto de los profesionales con esta sustancia.

La implantación de este sistema de envasado, del que dispone el complejo de Beade desde finales de verano, es una práctica recomendada por los organismos internacionales sanitarios. Este servicio recibe al año 42.000 muestras de tejidos y alrededor de 6.000 (el 14%) son susceptibles de ser envasadas por el nuevo sistema.

Las dos máquinas ubicadas en la zona de quirófanos del Álvaro Cunqueiro sellan al vacío las bolsas en las que se introducen las muestras de tejidos obtenidas de la actividad quirúrgica y que deben ser analizadas en el Servicio Anatomía Patológica para disponer de un informe, que resulta de gran trascendencia a los pacientes y, en especial, en el campo de la oncología.

"El envasado retarda la degradación de los tejidos y permite su remisión diferida al servicio, además de eliminar casi por completo la exposición al formol de los trabajadores del área quirúrgica", resalta el jefe de Anatomía Patológica, Joaquín González Carreró. Además, facilita la obtención de tejido apropiado para el Biobanco y reduce el volumen de residuos para eliminar.

Una vez preparadas y selladas, las bolsas se envían al laboratorio del servicio. Allí funciona otra máquina que permite introducir el formol en ellas y volver a sellarlas al vacío. Tras un periodo de fijación de aproximadamente 24 horas, las piezas son manipuladas por facultativos y técnicos de Anatomía Patológica, dentro de unas mesas con aspiración constante de gases. De esta forma, la exposición por parte de los trabajadores a este compuesto, se minimiza considerablemente. "Lamentablemente, el formol hoy es imprescindible, aunque se está investigando activamente en el desarrollo de sustitutos no tóxicos", señala el doctor González Carreró.