La colocación de las estructuras que sujetarán los nuevos tableros de Rande es la fase que entraña mayor peligro para la navegación. Ante la posibilidad de desprendimientos de materiales de obra, Capitanía Marítima emitió este julio una resolución para reforzar la seguridad de los barcos y sus tripulantes con una serie de restricciones al tráfico que aunque en vigor desde entonces, ahora los operarios deberán velar más por su cumplimiento ante el avance de los trabajos hacia el mar. De momento las limitaciones afectan a los ámbitos marinos situados en ambos extremos del puente -desde tierra hacia los pilares norte y sur,- pero llegará un momento, cuando se produzca el encuentro en la mitad del viaducto de los carriles añadidos, que los patrones sólo dispondrán de un canal de 180 metros de ancho para cruzar. Balizado con boyas, la posición de este pasillo variará a lo largo de los meses siempre hacia zonas sin riesgo de caída de piezas y objetos.

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De esta manera queda garantizado el tránsito seguro de todos los buques, desde pesqueros y hasta mercantes. El paso de grandes buques por estas aguas es minoritario. Se reduce al que genera la planta de Vieirasa y, en menor medida, la del cargadero de granito, donde, también ocasionalmente, atracan buques Ro-Ro para paradas de mantenimiento. Estos cascos de eslora superior a los 100 metros sí que podrían tener problemas para navegar por ese estrecho de al menos 180 metros cuando por razones de seguridad se traslade hacia aguas menos profundas. De producirse esta situación, el buque que por falta de calado sólo pueda transitar por el centro -donde la cota de fondo supera los 16 metros- deberá avisar previamente para que la adjudicataria extreme la precaución con las obras que aborde sobre el viaducto.

Las boyas que indican las restricciones a la navegación bajo el puente llevan meses fondeadas. Las de color amarillo delimitan el largo y ancho del ámbito excluido a la navegación que se sitúan entre ambas orillas y pasados los respectivos pilares. En cuanto a las luminosas, estas marcan el canal de paso por donde se debe navegar: las verde (estribor-derecha) están encladas junto al pilar sur; y las dos rojas (babor-izquierda), en las del norte. Hasta la fecha, el cumplimiento de estas directrices no ha sido del todo respetado por las embarcaciones que navegan habitualmente por esta zona,en particular, por las deportivas. Entre los operarios de la UTE adjudicataria de la ampliación de Rande están convencidos de que tan pronto la colocación de los tableros comience a ejecutarse en su totalidad sobre el agua, todos los patrones comprenderán que las medidas se imponen por su seguridad y respetarán el canal balizado.

No falta mucho para que la constructora aborde esta delicada fase. Al menos por el lado de Rande, el montaje de las gigantescas piezas sobrevuela ya el antiguo cargedero de wolframio. De hecho, sobre la línea de tren ubicada a esta altura se ha instalado una cubierta también por el riesgo de desprendimientos. Una vez supere este edificación apenas distan unos 200 metros para que los trabajos se acometan en su integridad encima del mar.