Uno de los colectivos más beneficiados por el control de la colonia de gaviotas de Vigo es el de los hosteleros, que lo sienten incluso en sus bolsillos. El presidente de la federación de empresarios de la provincia (Feprohos), César Sánchez-Ballesteros, comenta que en algunos casos estas aves llegan a costar a los bares y cafeterías hasta 300 euros en un solo verano.

En su afán por encontrar comida, las gaviotas se lanzan a las mesas que quedan vacías en las terrazas, tirando al suelo vasos y copas o incluso los platos y cuencos en los que se sirven los aperitivos. La factura, explica Sánchez-Ballesteros, llega a alcanzar varios cientos de euros en loza destrozada.