La factura eléctrica supone un importante pellizco al final del ejercicio para un ayuntamiento como el de Vigo con más de 47.000 puntos de luz repartidos entre instalaciones municipales, bibliotecas, túneles, fuentes, semáforos, pabellones deportivos o colegios. Hace ya más de un lustro que la Concejalía de Fomento puso en marcha un plan de ahorro que apostó de forma progresiva por la implantación de tecnología led en el alumbrado público y el empleo de energías renovables en las reformas emprendidas desde el Concello. El resultado ha sido claro: en cuatro años se ha logrado rebajar el recibo de la luz en 1 millón de euros.

En el ejercicio 2011 el gobierno vigués tuvo que abonar 5,8 millones de euros por la iluminación de todos los edificios e instalaciones de su competencia y el 2015, sin embargo, se cerró con un consumo energético equivalente a 4,7 millones de euros. El descenso es de un 19% en cuatro anualidades y sería aún superior si se tienen en cuenta las cifras de 2012, año en el que las subidas de tarifa dispararon el coste de la factura eléctrica de Vigo hasta los 6,1 millones.

Precisamente lo más importante es que se ha logrado esta importante rebaja de un millón de euros en una etapa en la que el precio de la energía ha subido y el Concello ha ido incrementando de forma progresiva las luminarias debido en parte a la oleada de humanizaciones de los últimos años.

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En 2010 la Concejalía de Fomento tenía registrados 43.700 puntos de luz enganchados a la red municipal y en 2013 la cifra subió hasta los 46.000. Desde entonces se ha seguido mejorando la iluminación en el municipio y el dato actual es de 47.385 puntos de luz activos en el mes de noviembre.

El alumbrado público supone prácticamente la mitad del consumo energético del Concello y de su desembolso económico. En 2015 el coste fue de 2,5 millones de euros, por eso reducir en este ámbito resultaba crucial para ahorrar en la factura. Una de las medidas más importantes fue la rebaja de la potencia necesaria gracias a la instalación de luminarias más eficientes de tecnología led y la sustitución de las bombillas de vapor mercurio por las de sodio.

Piscinas más eficientes

Otra pata importante del plan de ahorro puesto en marcha por Fomento es la apuesta por energías renovables con la incorporación de pequeños aerogeneradores, paneles fotovoltaicos o instalaciones solares en distintas dependencias. Uno de los ejemplos es el sistema solar térmico que funciona tanto en las piscinas del Carmen como en la de O Berbés, así como en el Parque Central del Concello (Lavadores) y en las instalaciones de la Policía Local y el Zoo. Solo estas cuatro le ahorran cada año casi 23.000 euros.

A nivel más técnico, el gobierno vigués también ha introducido en la red equipos reguladores de tensión, sistemas de apagado selectivo de las instalaciones y relojes astronómicos para retrasar el encendido del alumbrado público de tal forma que el consumo energético ha caído desde los 41.252.362 millones de kw/h anuales hasta los 35.673.402 kw/h con los que se cerró 2015. Esta energía que se deja de gastar sería suficiente para abastecer a 1.600 hogares del municipio durante todo un año.

La mitad del consumo va para las farolas de la vía pública y parques forestales, otros 666.478 euros son necesarios para mantener el consistorio, el auditorio municipal, bibliotecas y sedes de asociaciones y medio millón para las instalaciones deportivas del IMD y Balaídos. La factura por los semáforos asciende a 83.762 euros anuales y mantener los túneles iluminados cuesta 419.000 euros. Según los datos municipales, otros 400.000 euros se necesitan cada año para suministrar energía a los colegios públicos y las guarderías y resta una pequeña partida de 66.000 euros para el funcionamiento de los bombeos de agua, fuentes ornamentales, sistemas de riego de las zonas verdes y radares.