La sede del parque nacional Islas Atlánticas acogió ayer la primera jornada dedicada al turismo científico, una modalidad que aúna el ocio con la divulgación del conocimiento que se genera en cada destino y que, aunque incipiente en España, está muy desarrollada en países como EE UU, Costa Rica, Francia o Reino Unido. José Antonio Fraiz, profesor en el campus ourensano y director del máster en Dirección y Planificación del Turismo de Interior y Salud fue uno de los participantes.
-Hablamos de un turismo muy adecuado para los espacios naturales pero también para las ciudades.
-Es una manera de añadir valor a la oferta turística. En el caso de un parque como Islas Atlánticas encaja a la perfección pero es verdad que algunas acciones que ya venían haciéndose en las ciudades podrían incluirse en el turismo científico. Por ejemplo, visitas interpretativas a catedrales, yacimientos y museos o actividades relacionadas con aspectos culturales como el Carnaval en Ourense. Es un turismo que encaja con el enfoque experiencial, con despertar los sentidos y la emociones y que tú mismo te puedas implicar. Pero para que esta nueva tipología tenga una entidad como tal hay que darle un contenido amplio y diferenciado.
-¿Es interesante añadir esta etiqueta a la oferta?
-Es un nuevo enfoque, añades un valor a a través del conocimiento
-¿Y cuál sería el perfil de este turista?
-Entraría todo el mundo. El turismo familiar, por ejemplo, también puede ser científico. Y en Galicia destaca además el turismo de congresos, donde también se genera ciencia
-Dado su carácter novedoso en España, ¿debería aprovechar Galicia esta oportunidad para diferenciarse de otras comunidades?
-Sí, todo lo que sea promover una diferenciación, algo que no ofrezcan las demás es interesante para Galicia y también para cada ciudad o destino.
-Galicia tiene tres universidades y numerosos centros de investigación, ¿puede este turismo ayudar a los expertos a estrechar distancias y dar a conocer lo que hacen a la sociedad?
-Es una oportunidad para que nos impliquemos todos mucho más. En arqueología, por ejemplo, hay varios grupos gallegos realizando excavaciones y generando un conocimiento que se debería aprovechar para hacer una oferta turística. Incluso las propias visitas a viñedos y bodegas podrían enriquecerse con explicaciones sobre el cultivo y la producción del vino y que el turista pudiese participar. Aunque a veces las iniciativas turísticas van por delante de la legislación.
-¿Qué le parece que sea el propio parque nacional el que impulsa un nuevo tipo de turismo que puede generar oportunidades económicas para la zona?
-Me parece fantástico que haya iniciativas de este tipo, que se sea dinámico e innovador. Tenemos recursos pero hay que transformarlos en realidad, en productos turísticos sin los que la gente no podría disfrutar de ciertas iniciativas. En este sentido, la jornada abordó temas muy interesantes como el turismo astronómico.
-Y la población local también disfruta de estas iniciativas.
-Todo lo que se hace pensando en los posibles visitantes de un destino, infraestructuras y atractivos turísticos, también beneficia al residente, que además disfruta de ellos cuando quiere. Si en turismo se trabaja de forma sostenible, no solo respecto al medio ambiente sino también en los aspectos social y económico, se genera un bienestar en la población. Pero hay que medirlo todo bien para que el residente no se sienta incómodo y se lleguen a situaciones como la de Venecia, donde el turismo ya no es beneficioso.
-¿Cuáles son hoy los retos de las ciudades ?
-El destino tiene que ser seguro y gestionado de forma sostenible. Y es muy importante la accesibilidad y la conectividad con los destinos de los turistas. Hay que buscar una conexión emocional con la marca, que el mensaje sea percibido de la manera deseada. Y posicionarse en lo que te hace diferente, aunque también se haga énfasis en otras potencialidades. Internet ha cambiado la forma de consumir y es importante considerar el turismo sénior, un mercado tremendamente interesante y muy amplio, y el de la nueva generación millennials, los nativos tecnológicos., que son turistas muy exigentes.
