En vez de implantarlos bajo la clavícula y conectarlos con un cable por vena hasta el corazón, como era habitual, el Hospital Álvaro Cunqueiro ha empezado a implantar desfibriladores bajo la piel. Una técnica menos invasiva, que reduce las complicaciones derivadas de la intervención y las posibles infecciones. Además, el nuevo dispositivo es compatible con las resonancias magnéticas. Es uno de los primeros que se ponen en España.

Los desfibriladores se implantan en pacientes que sufren arritmias ventriculares para, con una descarga eléctrica, devolverle la frecuencia cardíaca normal y evitar la muerte. Los dispositivos convencionales constan de un generador de energía eléctrica que se coloca bajo la clavícula, mediante una incisión lateral próxima a la axila, y se conecta a un cable hasta el corazón.

El Chuvi ya empezó a implantar hace dos años desfibriladores compatibles con resonancias magnéticas, pero los dispositivos empleados no eran subcutáneos.