La comunicación en Gran Vía, la arteria principal del casco urbano pero también una de las calles que salva un mayor desnivel, está a punto de experimentar una genuina revolución. En el marco del programa "Vigo Vertical", con el que busca facilitar la comunicación en la ciudad, el Concello proyecta construir un recorrido con cintas transportadoras entre Praza de España y Urzáiz. El Gobierno local tiene ya un borrador sobre la mesa y plantea sacar el proyecto a concurso en 2017 para adjudicar las obras y arrancar los trabajos entre finales de ese año e inicios de 2018.
El nuevo paseo mecanizado atravesará el centro del bulevar -"ahora infrautilizado", comentan desde el Concello- y permitirá ascender cada uno de los tramos de Gran Vía o realizar un recorrido continuo. Para no entorpecer el tráfico rodado de las calles transversales se rehundirá de forma progresiva el recorrido, creando pequeños puentes que permitirán al peatón seguir por debajo sin molestar a los coches. Se garantiza así, anotan desde Praza do Rei, la "total peatonalización" del trazado. El movimiento de las cintas será ascendente, por lo que podrán emplearse para subir los 650 metros de la vía.
Bandas ajardinadas enmarcarán el pasillo, lo que hará posible mantener la forma característica y los árboles del bulevar. Para proteger a los peatones cuando llueva se instalará además una cubierta acristalada de vidrio con cuadernas. El recorrido de las cintas mecánicas se dividirá en varios tramos separados por pequeños "apeaderos" que permitirán a los usuarios salir o entrar en puntos intermedios.
El proyecto irá acompañado de una rehabilitación de la arteria, ampliando las aceras, que se ensancharán, y marcando las zonas de parada del transporte público y privado. El pavimento se cambiará, así como el equipamiento y mobiliario urbano de la avenida. Allí donde hubiese que cruzar el vial, el Concello plantea recurrir a pasos de cebra anchos y eliminar su distribución actual, en forma de "zig zag", lo que lleva a muchos viandantes a no respetarlos.
El proyecto se financiará gracias a los 15 millones de euros que obtuvo el Ayuntamiento en la convocatoria de Fondos Feder para el desarrollo urbano sostenible. El plan de actuaciones con el que Praza do Rei logró ese respaldo de fondos suma 18,75 millones, por lo que la Comisión Europea aportará el 80% y el restante 20%, unos 3,7 millones, saldrán de las arcas municipales. Además de Gran Vía, el gobierno vigués planteó extender el "Vigo Vertical" a O Castro y el Casco Vello e incluyó también la estación del AVE, el entorno del Xeral, Bouzas y Teis. Con esa propuesta Vigo se convirtió en la única urbe de Galicia que logró el importe máximo que había solicitado en la convocatoria de Fondos Feder.
Desde Praza do Rei avanzan que el nuevo paseo peatonal de Gran Vía, con cintas mecánicas, empleará una parte importante de la inversión, pero esperan al proyecto definitivo para fijar el coste exacto de la obra. También avanzan que en una fase posterior podría actuarse en el tramo de Gran Vía comprendido entre Praza de España y Praza América, que están separadas por un fuerte desnivel.
Las obras deberían estar finalizadas en cuatro años, ya que la convocatoria de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado de FEDER establece que tienen que estar ejecutadas antes de 2020. La estrategia con la que Vigo optó a ella se marca tres líneas maestras u objetivos: promover y mejorar el acceso a las TIC (tecnología de la información y comunicación); apostar por una economía que reduzca la contaminación, favoreciendo alternativas más eficientes; y aplicar un uso más inteligente de la energía. El Concello anota además que mejorará la comunicación entre dos polos como Gran Vía y Urzáiz.
Las escaleras de Porta do Sol o el ascensor de Camelias, otros hitos del programa
- Las cintas transportadoras de Gran Vía serán una de las grandes apuestas del "Vigo Vertical", pero no la primera, ni la única. El primer proyecto fueron las escaleras mecánicas de Porta do Sol, que unen la emblemática plaza y la calle Abeleira Menéndez desde principios de 2015. Durante su inauguración el alcalde, Abel Caballero, resaltaba las ventajas de la infraestructura, que permite a los ciudadanos salvar sin esfuerzo un fuerte desnivel.Poco después se anunciaba el segundo hito del "Vigo Vertical": el primer ascensor urbano, que facilita moverse entre Camelias y Menéndez Pelayo en menos de un minuto. Su presupuesto fue de 490.000 euros y se inauguró hace poco más de un año, a finales de octubre de 2015. Unos meses después, el pasado mayo, el Concello anunciaba su intención de instalar un ascensor que enlazará Torrecedeira y Pi y Margall, permitiendo salvar así una "pared" de 16 metros de altura. En ese caso la estructura se financiará gracias a un convenio con la Diputación de Pontevedra.Desde Praza do Rei se siguió buscando desniveles que poder atajar gracias al uso de las nuevas tecnologías y decidió instalar un ascensor acristalado con pasarela entre las calles San Salvador y Pizarro, en el entorno de la plaza de Isabel la Católica. El presupuesto en este caso ronda los 500.000 euros y para llevarlo a cabo es necesario el traslado de un centro transformador de Fenosa.Con esa misma filosofía se proyectaron las escaleras mecánicas de Carral, muy próximas a las de Porta do Sol y que arrancarán con una rampa también mecanizada en el cruce con Marqués de Valladares. En este caso se salvará una altura de casi seis metros a lo largo de una distancia de 55, pero en una zona de intenso paso de peatones. Su coste, de 700.000 euros, lo asumirá la empresa concesionaria del párking de Porta do Sol. Al igual que el resto, dispondrá de una cubierta.
