"Acompañé a mi tía cuando iba a echarle las cartas a una clienta y vi que la casa de al lado era de familia de dinero. Así que fui más veces y cuando vi que estaba vacía entré y robé las joyas y una consola". Exaltado y visiblemente nervioso al cambiar por tercer vez de declaración, el acusado de asaltar una vivienda en Redondela confesó los hechos y exculpó de los mismos a dos de sus presuntos cómplices: Javier B. y Octavia V., el primero acusado por la Fiscalía por delito de receptación y la segunda, adivina y tía del procesado, imputada por la acusación particular por un delito de robo con fuerza.

El acusado ya es un habitual de los juzgados de Vigo. Se trata de Javier Vilas Suárez, un conocido ladrón de motos en la zona de Val Miñor cuyo delito más grave lo cometió en el verano de 2013, cuando hirió con un cuchillo a su padre en su casa de Sabarís. El progenitor también está supuestamente implicado en la causa al vender en un local de compraventa de oro las joyas robadas a pesar de no conocer, según reiteró en la vista celebrada ayer en el Juzgado de lo Penal 2 de Vigo, que eran robadas. "Yo me las encontré tiradas en la finca y las vendí. Estaba necesitado de dinero", asegura.

Los hechos se remontan a julio de 2012. Javier Vilas, principal acusado, reiteró que solo él participó en el robo aunque en un primer momento intentó culpar del mismo a su tía. "Ella me echó de casa y yo la acusé del robo, pero fui yo solo", argumenta. Confesó además que las joyas fueron a parar a manos del otro acusado, Javier B., porque él se las dio. "Tenía una deuda con él así que le dije que las joyas eran de una herencia de mi abuela; no le conté la verdad", señaló Vilas durante su declaración a preguntas del fiscal.

El otro implicado, Javier B., corroboró las palabras de Javier Vilas pero añadió que parte de las joyas le fueron entregadas por Octavia V., la tía del acusado. "Ella me mandó con su hija a un local de compraventa en Vigo para empeñarlas y me aseguró que no eran robadas. Por hacer este favor me dio 150 euros. Nunca sospeché que su procedencia fuera ilícita", sostuvo el imputado. La adivina negó estas palabras y aseguró que nunca le dio joyas ya que desconocía el robo. "Yo solo iba a esa zona a echar las cartas a una vecina. No tengo nada que ver en esto", apostilló.

La acusación particular sostiene que la tarotista y esta vecina también fueron partícipes del robo debido a la mala relación que las unía con los propietarios de la vivienda asaltada. "Siempre tuvimos una relación excelente, pero desde hace cuatros años, por un problema con una columna, estamos en juicios constantes. Es un sinvivir", reconocía la dueña de la casa robada al término del juicio. Los afectados sostienen que fue la vecina quien alertó a la vidente y al ladrón de que la vivienda estaba desocupada en esos momentos, dándole libertad para perpetrar el hurto.

Entre los objetos que presuntamente sustrajeron los acusados figuran varias joyas, un ordenador, una cámara de vídeo, un reloj, un televisor e incluso un sobre con 3.000 euros. El presunto autor de los hechos, Javier Vilas, solo reconoció el robo de las joyas, una consola y la videocámara, afirmando que empleó una motocicleta en el hurto y "no pude llevarme más cosas". Vilas Suárez se enfrenta a una pena de cuatro años de prisión por el delito de robo con fuerza en casa habitada.