El arte y la filosofía japonesa envuelven la Escuela Oficial de Idiomas desde hoy. El departamento de esta lengua y la embajada nipona en España organizan la I Semana Cultural dedicada al país asiático. El programa arranca esta tarde con un concurso de cosplay y sendas demostraciones de kimonos y de caligrafía -shodo-. La experta Madoka Kubota será la encargada de realizar una demostración de la escritura tradicional nipona con pinceles sobre papel de arroz. Además, la sede de Martínez Garrido recibirá la visita de Kenji Hirata, ministro de la Embajada de Japón, que pronunciará una conferencia sobre las relaciones entre ambos países. Mañana jueves continuarán las actividades, esta vez, dedicadas al deporte y al ocio, así como a las degustaciones gastronómicas.

-¿Cómo acabó residiendo y trabajando en Madrid?

-Yo quería ser profesora de japonés en mi país y después de acabar la carrera de Filología allí vine a España para aprender vuestra lengua. A Japón están llegando muchos inmigrantes desde Perú y Brasil que son nietos de japoneses que se marcharon allí para trabajar y que ahora pueden establecerse en el país de forma legal. Tienen empleos muy duros en fábricas, por ejemplo, y las madres y mujeres que los acompañan pasan muchas dificultades para aprender el idioma y hacer gestiones en los colegios, los hospitales o los ayuntamientos. Yo quería enseñarles japonés a ellas, pero al final acabé dando clases en España. Además aquí viven muchos hijos de japoneses que no saben escribir su nombre con nuestra caligrafía y siento que ayudándoles sirvo para algo.

-Será un motivo de orgullo para usted que tanto su lengua como su cultura despierten tanto interés en España. El japonés es uno de los pocos idiomas cuya demanda crece en la Escuela de Vigo.

-Sí, me alegra que a los españoles les guste el idioma y también la caligrafía. Doy clases de japonés a gente que quiere viajar allí o estudiar el idioma para leer libros de manga. Y a mis clases de caligrafía viene gente interesada en la poesía y la pintura o que buscan hacer algo nuevo.

-¿Es necesario estudiar el idioma para poder practicar la caligrafía?, ¿qué habilidades se necesitan?

-Ninguna. Solo ver el modelo y repetirlo. La responsabilidad es mía. Y no es necesario estudiar la lengua para entender qué significa lo que escribes o leer las poesías o haikus.

-¿En su país también existe este interés por la caligrafía?

-En Japón, los alumnos que asisten normalmente a clases de caligrafía son jubilados porque tienen mucho tiempo libre. Pero a los jóvenes de ahora no les interesa y solo tienen en los colegios esta actividad una vez a la semana.

-¿Y a usted cuándo le empezó a interesar?

-Desde pequeña. Antes de ir al colegio mi padre me dijo que tenía que aprender caligrafía y hoy en día sigo aprendiendo. Hay varios tipos de escritura: kanji, que es la más antigua y tiene su origen en China, hiragana y katakana. Nunca se acaba de aprender.

-Lo que puede resultar motivador o, por el contrario, muy frustrante...

-(Risas) A mí la caligrafía me ayuda a desconectar del día a día, no piensas en nada más y eso te relaja. También lo dicen mis alumnos. Tiene que ver con el mundo zen y te ayuda a olvidarte del trabajo.

-¿Ha visitado Galicia en alguna otra ocasión?

-Quería ir desde hace años porque no la conozco y dicen que el marisco es muy bueno y tienen la mejor comida de España (risas). También me han dicho que los gallegos son muy serios y cariñosos.

-¿Qué le parecen iniciativas como la Semana Cultural Japonesa?

-Me parecen muy interesantes. Recientemente he participado en actividades organizadas por Casa Asia en Málaga o Tenerife, donde me sorprendió que la demanda de caligrafía iba en aumento. Me alegra que cada vez se conozcan más cosas y de manera más profunda de mi país. Antiguamente, nosotros queríamos conocer la cultura y los países occidentales y ahora es occidente el que se acerca Japón, lo que me parece muy bien y ayuda a entender otras culturas.