Los trucos que proponen desde la sala Ártika no requieren grandes esfuerzos, sino actitud. "Los letrados saben que un gesto puede llegar a convencer más que las palabras", señala Barrio.

El manejo del cuerpo es prioritario: tiene que estar recto, a "pecho abierto", con los brazos encima de la mesa. Los gestos deben ser limpios y cuidados, sin aspavientos que denoten nerviosismo. El movimiento de las manos debe ser constante, sin nada en ellas y nunca entrecruzar los brazos. La voz debe ajustarse a la importancia del recital mientras que jugar con la vista, y no bajarla cuando nos miren, también resulta fundamental.