La presencia de las autoridades provinciales de la época, una banda de música, fuegos de artificio y un gran gentío presenció el paso de la primera locomotora por el viaducto Madrid, ubicado en Redondela. Era el inicio de una nueva época en las comunicaciones en el sur de Galicia. El puente, que permitiría salvar muchos obstáculos, se había construido durante cinco años. Dispone de una longitud total de 410 metros. De ellos, 256 de parte metálica.

El acontecimiento histórico de 1876 se puede encuadrar en un contexto que cambió el rumbo comercial y de comunicaciones de todo el sur de la provincia de Pontevedra. El tren era el mejor medio de transporte, el más rápido y eficaz. Pero se encontraba en pleno proceso de desarrollo. Quedaba mucha inversión por realizar. Los ayuntamientos, especialmente los de Vigo y Pontevedra, presionaban al Gobierno para que se desarrollara un ambicioso plan para que el tren pudiera ser la vía de comunicación con Madrid.

Redondela era un problema. Había que superar las dificultades de la orografía. Se decidió la construcción de un viaducto. Sería el más grande de Galicia. Los historiadores atribuyen su diseño a Francisco Javier Boguerín, aunque también se le concede ese mérito a Pedro Floriani. Este arquitecto italiano debió tener una gran influencia. En numerosas referencias se habla de su notable participación en la iniciativa. Hasta el extremo de que lanzó desde el punto más alto para suicidarse. Quedó malherido. Lo hizo después de que las autoridades de la época le comunicaran que no le pagarían por su trabajo debido a que dudaban de la resistencia de la estructura. Sin embargo, se mantiene en pie hoy en día. Los arquitectos extranjeros no podían firmar sus obras en aquella época, tal como sucedía también en otras obras.

Cinco grandes arcos de 51 metros de alto son algunos de los detalles más importantes de la que fue durante mucho tiempo el puente más grande y espectacular de Galicia. Permitiría la unión de Vigo con Pontevedra, pero también la conexión con Ourense, que se encontraba en plena fase de desarrollo.

El paso de la primera locomotora fue un momento decisivo. Pero el puente no comenzó a funcionar hasta varias años más tarde. En ese proceso se realizaron numerosas pruebas de carga. La más espectacular fue en la que participaron una máquina y 22 vagones cargados de hierro. La superó sin ningún problema.

La infraestructura también recibió los elogios de Alfonso XII, cuando se desplazó de Soutomaior a Vigo. Pasó por Redondela y quedó impresionado por la magnitud de la obra. No fue hasta 1878 cuando pasó el primer convoy de pasajeros. Otro acontecimiento histórico. Ese tren inauguraba la conexión con Guillarei. Estaba lleno de personas. Y muchas de ellas se bajaron para poder ver el paso del tren por el puente. Cuentan las crónicas que algunas de esas personas tenían miedo de pasar por un puente tan alto. Vigo y Ourense quedaron unidos de manera definitiva en 1881.

El viaducto Madrid, así llamado, cumplió su función hasta 1975. Dejó de ser útil y se comenzó a diseñar algunas iniciativas para darle otro uso. Una de las más llamativas apareció en 1992. El arquitecto catalán Tomás Tardado propuso que fuera peatonal. Nunca se ejecutó esa iniciativa.