El presupuesto de la Diputación ascenderá el año próximo a 152 millones, con un incremento del 0,3%. Sumando la Escuela Universitaria de Enfermería y los consorcios contra incendios que gestiona el ente provincial, la cantidad final consolidada alcanza los 155 millones .

Las grandes cifras del cuentas las avanzaron ayer la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, y el vicepresidente provincial, César Mosquera en una intervención en la que este último reconoció que se trata de unos presupuestos "profundamente continuistas". Un calificativo que, a su juicio, no tenía sentido peyorativo, sino todo lo contrario, remarcando que el documento permitirá seguir "cumpliendo los compromisos adquiridos" en un "pacto de gobierno que marca nuestra hoja de ruta". "Malo sería si hubiese un cambio de línea", se reafirmó Mosquera, ya que "acabaría todo en desastre". Se trata de un presupuesto que, según ambos mandatarios, demuestra "la salud de hierro" que tiene el actual bipartito entre PSdeG y BNG y que es un indicador de "solvencia, buena gestión y facilidad de entendimiento".

Según explicó la presidenta, Carmela Silva, los presupuestos giran en torno a cuatro ejes que "vertebran" la gestión de la Diputación: los concellos, el empleo, la igualdad y la cohesión social.

Mantener la autonomía municipal es uno de los retos de las cuentas provinciales, en las que el Plan Concellos volverá a tener un peso específico muy elevado. Contará con un presupuesto de 41 millones, lo que supone 1,2 millones más. Con él se busca la sostenibilidad económica de los ayuntamientos con menos de 50.000 habitantes. A esto habría que sumar el resto de la financiación de las diversas áreas de la Diputación y que repercute directamente en los ayuntamientos. La presidenta asegura que el 27% del total de los gastos del presupuesto se destina a los municipios, un 1% más que en 2016, por lo que el Plan Concellos "triplica la media" en la que crece el presupuesto de la Diputación.

La principal novedad es el reparto de fondos entre los ayuntamientos en función de su población. El gobierno provincial ha querido destinar más dinero a aquellos concellos "que tienen más dificultades y menos recursos para atender servicios básicos", explicó Silva. Así, mientras que en el Plan Concellos de 2016 los ayuntamientos de menos de diez mil habitantes recibían el 30% de los fondos, el año próximo se elevará este porcentaje al 40%. Así, mientras que los municipios con tres diez y veinte mil habitantes recibían este año un 40% de los fondos, en el próximo ejercicio se reducirá a un 35%, y por último los que suman entre 20.000 y 50.000 habitantes se repartirán un 25% de los recursos del Plan Concellos, cuando en 2016 se llevaron un 30%. Silva destacó que el 75% de los fondos tendrán como destino ayuntamientos que no superan los 20.000 habitantes.

La presidenta insistió en que seguirá sin haber "reparto discrecional" de fondos a los ayuntamientos y que la distribución se realizará en base a "normas claras y transparentes". Las dos grandes ciudades, Vigo y Pontevedra, firmarán su propio protocolo de colaboración, en la misma línea del actual ejercicio.