La buena marcha de Peinador dispara las alarmas en Lavacolla. Apenas 24 horas después de que Aena desvelase que la terminal viguesa creció en octubre al 36%, la mayor subida entre los principales aeropuertos de España, el alcalde de Santiago cargó ayer contra la política aeroportuaria de Vigo. En declaraciones a la cadena SER, Martiño Noriega presionó a la Xunta para que coordine las tres terminales gallegas y criticó las "resistencias locales". "El caso de Vigo es evidente", señaló como único ejemplo, y recalcó: "Intentamos racionalizar lo que no puede ser una competición entre ciudades para ver quién paga más por fijar rutas. Sobre todo cuando en el caso de Vigo estas rutas podrían ir vacías porque con lo que se le paga a las aerolíneas ya se justifican los viajes".

El primer edil de Compostela pidió al Gobierno autonómico que juegue "un papel más decidido a la hora de elaborar y establecer un arbitraje" entre las terminales de Galicia. "De alguna manea hay que coordinar esos esfuerzos para competir con Sá Carneiro", reflexionó Noriega antes de señalar a San Caetano que asuma ese papel.

En la misma emisora intervino el director de Lavacolla, Ricardo López, quien anticipó "muy buenas noticias" para Santiago que se concretarán "en poquito tiempo", aunque no quiso concretar si hablaba de la apertura de nuevas rutas.

Las enlaces que ha abierto en los últimos meses Peinador permitieron recuperar parte del pasaje que durante años se ha visto obligado a volar por Lavacolla. Buen ejemplo es la nueva línea Vigo-Barcelona, operada desde enero por Ryanair. El aterrizaje en Peinador de la low cost irlandesa mejoró la competitividad de la ruta desde Vigo, con lo que miles de viajeros de la comarca dejaron de volar a la Ciudad Condal desde Santiago.

Las críticas a la "resistencia local" que Noriega achaca a Vigo contrastan con la política aeroportuaria de la que se benefició durante años Lavacolla, favorecido de forma excepcional por las ayudas que le concedía la Xunta. Gracias a ese respaldo pudo abrir enlaces subvencionados que ya se operaban en Vigo, donde el PP local vetaba toda subvención para líneas.

El mejor ejemplo de las consecuencias de la competencia desleal que padeció Vigo se dio hace solo 12 meses, en octubre de 2015, cuando Air France abandonó su vuelo Vigo-París. Aunque la compañía franco-holandesa llevaba operando más de una década la línea sin recibir ni un solo euro público, Lavacolla y Alvedro abrieron vuelos a ese mismo destino respaldándolos con subvenciones.

Entre 2007 y 2015 Lavacolla recibió 13,15 millones de euros en ayudas de la Xunta y el Concello jubilar, a través de Incolsa. Mientras, en el aeródromo herculino las subvenciones superaban los 24 millones de euros. Los dos aeródromos se encuentran en la misma provincia y separados por apenas una hora de coche. Durante ese mismo período Peinador solo contó con 6,11 millones. El respaldo autonómico fue aquí, de hecho, bastante inferior al que recibieron Santiago y A Coruña.