Expertos del Instituto de Investigaciones Marinas-CSIC han descubierto un neuropéptido en peces que podría combatir la pérdida de masa ósea o la osteoporosis en humanos. Josep Rotllant, del grupo de Patología Molecular Acuática, lidera el equipo internacional de científicos españoles, portugueses y estadounidenses que están detrás de un hallazgo del que podrían derivarse nuevos fármacos. De hecho, el equipo vigués ya ha iniciado la fase inicial de evaluación en colaboración con el grupo de bioingeniería 3B's, con sede en Braga, donde se están realizando los primeros análisis de cultivos celulares humanos.

El descubrimiento, del que se acaba de hacer eco la prestigiosa revista americana FASEB Journal, se realizó dentro del proyecto PhosFishFarm, cuyo objetivo es, utilizando el pez cebra como modelo, estudiar los mecanismos cerebrales que regulan el equilibrio del fosfato para mejorar el cultivo de especies en plantas de acuicultura.

"Al contrario que en humanos, el fosfato en los peces es más importante para la formación de tejidos óseos que el calcio. Estos mecanismos todavía no se conocían y, por casualidad, descubrimos un nuevo péptido, al que llamamos PTH4, que regula la densidad ósea en peces y que podría tener aplicación en biomedicina", destaca Rotllant.

Gracias a los análisis de genómica comparativa realizados en el California Institute of Technology (Caltech) y en la Universidad de Oregon, los investigadores pudieron caracterizar un nuevo tipo de neuronas localizadas en el hipotálamo lateral y que fabrican el PTH4. Y además determinaron que este neuropéptido no aparece en humanos porque se perdió durante el proceso evolutivo en el que los vertebrados adquirieron la placenta y pasaron del medio acuático al terrestre hace unos 160 millones de años.

La "función ancestral" de la molécula PTH4, apunta Rotllant, la adquieren las glándulas paratiroideas, las responsables de controlar el calcio en el cuerpo humano. De ahí que, dada esta similitud, los científicos se planteen utilizarla en nuevos fármacos o tratamientos que frenen la osteoporosis o la pérdida de masa ósea.

Paula Suárez Bregua, que realiza su tesis en el grupo vigués, participó en los estudios de ablación realizados por el Caltech para comprobar que al eliminar las nuevas neuronas descubiertas se inhibía la capacidad del pez para calcificar los huesos.

Y en el hallazgo también han colaborado Paloma Morán, de la Universidad de Vigo, e investigadores de otras instituciones de España y Portugal. "Se trata de colaboraciones estratégicas para sacar partido a las infraestructuras existentes con el coste mínimo", señala Rotllant.

Además de trabajar con los científicos del 3B's en la aplicación de la PTH4 a la biomedicina, el grupo vigués continúa con el proyecto PhosFishFarm, financiado por el Ministerio de Economía hasta 2017. Y junto con expertos del Centro Oceanográfico de Vigo realizan estudios sobre los efectos de los fosfatos en la dieta del rodaballo.

"Las empresas suele utilizar muchos fosfatos pero los piensos no son consumidos al 100% y, por tanto, una parte de ellos acaban en el medio ambiente. Además, las sales necesarias para producirlos son muy caras. Con estos estudios tratamos de disminuir al máximo los niveles necesarios para la alimentación del rodaballo y también el impacto medioambiental de las dietas", explica Rotllant.

También han empezado a investigar el desarrollo de peces mutantes para reducir su estructura ósea y que resulten más fácilmente digeribles para el consumir. "No se trata de un pez transgénico, sino de una mutagénesis dirigida, ya que se manipulan genes que ya existen en el organismo", aclara.