Pese al sorprendente número de caballos censados en los límites del Concello, todos ellos deben cumplir unas rigurosas normas sanitarias y habitar en fincas especialmente preparadas. Además de tener en regla todos los documentos acreditativos y de llevar encima un transpondedor electrónico, los caballos deben disponer de un espacio acondicionado.

A mayores del correspondiente vallado que debe rodear la instalación, toda explotación ganadera tiene que cumplir las condiciones higiénico-sanitarias que ordena la normativa elaborada por la Xunta de Galicia.

Las explotaciones extensivas en régimen de libertad están exentas de la obligación de disposición de un vallado perimetral salvo en los casos en los que pueda generar un riesgo manifiesto para la seguridad vial o personal.

El incumplimiento de estas y otras normas pueden llevar al cierre de la instalación ganadera hasta el momento en el que se corrijan los defectos encontrados.