Dos de cada cinco aspirantes a estudiante de música que este año se quedaron con las ganas de ingresar en uno de los siete conservatorios profesionales de la Xunta son de Vigo. Mientras que la lista de espera de esta enseñanza mengua en la comunidad, en el centro ubicado en A Florida repunta un 28% y deja fuera a 116 solicitantes. Algo que no resulta extraño si se tiene en cuenta que la segunda ciudad más joven de Galicia -tras Pontevedra- es la que tiene una peor ratio de plazas con respecto a la población. Así, dispone de una por cada medio millar de ciudadanos, frente a, por ejemplo, las casi tres que tiene Santiago.
El conservatorio vigués recibió para este curso 740 solicitudes, una cifra similar a la del año pasado. Uno de cada seis se quedó fuera. Admitió a 624, muy por encima de su capacidad, que cuando se construyó el centro se fijó en 520 alumnos. El equipo directivo y el profesorado hacen un enorme esfuerzo organizativo para estirar sus horarios y aprovechar las instalaciones al máximo. Este curso, lograron encajar 23 alumnos menos que el anterior. Hay instrumentos más demandados que otros -sobre todo, piano, clarinete, saxofón, violín y guitarra- y a los que se quedan fuera en estas listas, el centro les oferta apuntarse en los menos demandados -suelen ser viola, fagot, tuba y contrabajo-. El motivo de la bajada de alumnos es que, en esta ocasión, ha tenido menos éxito esta segunda vuelta.
Así, su lista de espera se ha alargado, de 90 a 116 chicos, y el grueso lo constituyen los niños quieren iniciarse en la música -el acceso a grado elemental-. Mientras, en el conjunto de los siete conservatorios profesionales gestionados por la Xunta, la situación mejora. Se ha acortado en un 12% -de 346 a 306 excluidos-. El centro vigués concentra el 38% de todos las solicitudes de matrícula rechazadas y, junto al de Pontevedra -con 66 no admitidos-, el 60%. Así, los ciudadanos de la provincia son, de largo, los gallegos que tienen más dificultades para acceder a esta formación musical.
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La oferta pública en la ciudad hace tiempo que no es capaz de abarcar la demanda. Es el segundo en número de matrículas, por detrás del de A Coruña, con 135 más. Sin embargo, la ratio de plazas en relación a la población es la más baja de la comunidad. Cuenta con un pupitre por cada 471 empadronados, mientras que en el otro extremo, Pontevedra y Ferrol disponen de una por cada 141. No alcanzan los doscientos Santiago (178), Lugo (180) y Ourense (198).
Un porcentaje elevado de los alumnos de A Florida proceden de más allá de las fronteras del municipio. Su vicedirector, Juan Carlos Díaz, cuenta que incluso hay estudiantes que se desplazan desde la localidad lusa de Monçao para asistir a las clases. Así que el ámbito al que da servicio el conservatorio es mucho mayor que la ciudad. Si tomamos como referencia la población del área metropolitana, sería una plaza por cada 767 habitantes. Con diferencia, la oferta más reducida de todas las áreas gallegas, ya que la siguiente es la de A Coruña, con un puesto por cada 548 ciudadanos. En la de Compostela, esta relación es de una por 337 y en la de Ferrol, de una por 328.
La Dirección del conservatorio profesional vigués reclama desde hace varios años que se incremente la oferta. Consciente que la ampliación del inmueble que ocupa en la zona de A Florida es difícil -no puede crecer en altura, solo hacia los terrenos del pequeño jardín-, propone extenderlo a otra zona de la ciudad o del área metropolitana. "Es una pena que haya afición y no le podamos dar respuesta para que todo el mundo tenga acceso al derecho a una formación artística", lamenta Juan Carlos Díaz.
El conservatorio profesional es el "tapón" en esta enseñanza. En los superiores ya no se vive este problema porque es los primeros niveles de enseñanza los que actúan de filtro. Ninguno de los dos gallegos tiene lista de espera. Ni el de O Castro ni el de A Coruña. En el vigués están matriculados 327 estudiantes, 48 de los cuales están preparando ya el trabajo de fin de estudios.
