Los vigueses acudieron ayer de forma masiva a los ocho cementerios municipales para honrar a sus difuntos en el Día de Todos los Santos. Incluso quienes disfrutaron de un puente soleado regresaron a tiempo a la ciudad para cumplir con una tradición muy asentada y que las familias se esfuerzan por transmitir a las nuevas generaciones. Tanto en Bouzas, como en Pereiró o Teis pudo verse a muchos padres con niños pequeños arreglando las sepulturas en una jornada marcada por el recuerdo.

Los puestos de venta de flores, castañas o velas vivieron una de sus jornadas más fuertes del año y trataron de captar clientes a las puertas de los camposantos, que desde el día 30 y hasta mañana día 2 de noviembre abren de forma ininterrumpida de 09.00 a 18.30 horas para facilitar que los vecinos lleven flores a sus familiares ya que muchos tienen que visitar más de un cementerio el mismo día.

Las colas en Lavadores o Teis desde primerísima hora de la mañana demostraban ayer que se trataba de una jornada excepcional. El Concello reforzó los turnos de la Policía Local para evitar problemas de aparcamiento y desde Vitrasa aumentaron la frecuencia de las líneas regulares que conectan con los cementerios de Teis, Bouzas, Pereiró, Zamáns, Puxeiros, Beade, Candeán, Cabral, Matamá, Alcabre y San Andrés. Además, las líneas C3, L15 y L17 tuvieron frecuencias ampliadas.

Cada año el Concello intenta programar más actividades para acompañar un día triste para la mayoría de los vigueses. El alcalde, Abel Caballero, y la concejala de Medio Ambiente, Chus Lago, recorrieron ayer varios camposantos y pudieron ver en Pereiró la exposición de paneles que recuerda la recuperación del cementerio de Cíes. A las 12.00 también se celebró un concierto en la entrada del cementerio y como ocurrió en los últimos años estaba expuesta la carroza fúnebre que dio servicio a Vigo hasta la década de los 30. El buen tiempo favoreció que la afluencia fuera masiva de mañana y de tarde.