Respaldo unánime de los socios a la directiva del Náutico para que pueda negociar con sus acreedores durante el concurso. La junta que encabeza Justo González Ballesta superó ayer sin problemas su primer "examen" ante los afiliados: una asamblea extraordinaria en la que -como principal punto en el orden del día- se pedía a los miembros su visto bueno para "negociar y firmar las operaciones de financiación necesarias". Un permiso que ya había obtenido el anterior equipo directivo, pero que Ballesta quería renovar en un momento especialmente crucial, clave para el futuro del club. Hace dos semanas la junta solicitaba al juzgado su entrada en concurso para encarar una deuda de 5,1 millones de euros que lastra desde hace años la salud financiera del Náutico.

"Entendemos que el permiso podía hacerse extensivo de una junta a otra, pero queríamos solicitar que nos dejen operar con la misma libertad que a la anterior directiva", explicó Ballesta. De la asamblea buscaba el respaldo necesario para sentarse "con libertad a la hora de negociar acuerdos con los acreedores". Y lo logró. Su propuesta fue aprobada con los votos a favor de los 32 socios que acudieron a la reunión y los restantes 137 que delegaron en los cargos directivos. El presidente apostilló que, en cualquier caso, toda operación financiera de cierta trascendencia tendría que seguir pasando por la asamblea antes de ser aprobada.

También se sacó sin votos en contra las cuentas revisadas de 2015. Como explicó la directiva, la última auditoría de la contabilidad arrojó algunas modificaciones que suman algo menos de 100.000 euros. Un desfase que -recalcó Ballesta- no responde a "nada raro" ni inesperado, sino únicamente a "una cuestión formal" del auditor, que ha decidido incluir una deuda "muy antigua" relacionada con cuotas pendientes de pago y que ya se consideran incobrables. Ese punto se aprobó sin votos en contra y con una única abstención.

"Adelgazar" la deuda

Ballesta explicó que una de las primeras decisiones que adoptó tras asumir el cargo fue poner en marcha la maquinaria concursal para atajar la situación del club. Según explicó, la sociedad debía hacer frente a facturas a corto plazo que rondaban el millón de euros, lo que superaba su capacidad de respuesta. La solicitud del concurso -continuó el presidente- se acordó tras mantener una ronda de contactos "con los acreedores más importantes", así como encarrilar "buenas negociaciones para los intereses del club". Queda ahora que el juzgado acepte la solicitud de concurso. Y cerrar acuerdos definitivos durante el próximo año.

"Nuestra intención es reducir la deuda del club al mínimo posible", recalcó Ballesta, para quien el objetivo último -aunque reconoció que es una "utopía"- pasaría por lograr que los acreedores condonasen la mora. Para lograr esa meta el club planteará quitas. Sobre el futuro, el directivo avanzó que apostará por las actividades como gran fuente de ingresos. "Queremos que siga siendo el motor", zanjó: "Con mayor actividad se puede ganar atractivo y también lograr que nuevos socios se den de alta".

A preguntas de los socios el responsable de As Avenidas señaló que "por primera vez en mucho tiempo" el Náutico había logrado un "balance positivo" entre las altas y las bajas de afiliados. Su equipo también mostró su "desacuerdo" con que el club adquiera acciones de los afiliados mediante descuentos en sus cuotas. Una vía que repercutía en 54.000 euros anuales en las arcas de la entidad.

Ya para finalizar la asamblea, muy tranquila y que duró 30 minutos, Ballesta avanzó que se está trabajando en la modernización del club. En concreto, se ha decidido instalar un nuevo sistema de acceso a todas las instalaciones del Náutico mediante la huella digital. "Se busca ofrecer un mejor y más moderno servicio", anota la junta.