El establecimiento de Lidl en Beiramar se presenta como el revulsivo que necesitaba la zona. La cadena de alimentación apuesta firme por este ámbito afeado por el desalojo de las industrias frigoríficas convencida de la demanda de la población residencial y de los trabajadores vinculados a la dinámica marítimo-portuaria. Como prueba, la inversión superior a cuatro millones de euros que destinará a vaciar la nave arruinada por sucesivos incendios para transformarla en un supermercado del modelo del que construye en la actualidad en la avenida de Madrid. El diseño que plantea conserva el volumen y la configuración arquitectónica exterior de la edificación ideada por Frigoríficos del Berbés S.A. (Fribesa), aunque añadiéndole fachadas acordes con la imagen corporativa de la multinacional así como un singular revestimiento metálico en todo el perímetro. Entre las obras y la tienda se estima la generación de 137 puestos de trabajo directos.
Ahora está a punto de concluir el plazo de alegaciones a la resolución adoptada por el Consejo del Puerto el pasado septiembre que aprobó concederle a la compañía alemana la concesión por 40 años, prorrogables a otros 10, de la parcela de 3.330 m², de proyección en planta. Una vez concluidos los trámites con Praza da Estrela comenzarán los que deberá realizar la compañía ante la Gerencia de Urbanismo para la obtención de las licencias.
Su previsión es iniciar las obras a los dos meses de disponer de las autorizaciones municipales, y a partir de este momento, otros nueve meses para finalizarlas. El presupuesto de la construcción y el equipamiento del supermercado de la avenida Beiramar suma 4.057.888 euros.
Según el anteproyecto presentado al Puerto las labores de demolición durarán cuatro semanas. Esta remodelación interior le permitirá desarrollar la actividad "en varias plantas" . En la primera implantará "el modelo de tienda genérica de Lidl". Dispondrá de una sala de ventas de 1.300 m2, un almacén de 400 m2 y una zona de servicios que darán a la fachada de Beiramar. En la planta baja se ubicarán los muelles de carga de manera que los camiones accedan al interior sin generar trastornos en los espacios públicos.
La planta baja también se reserva para aparcamiento de los clientes. De 120 plazas, la entrada de estos vehículos se abordará por Beiramar y saldrán por la calle Severo Ochoa "de manera que la afección al tráfico será mínima". A pie se accederá a la tienda por la esquina de Beiramar con Ochoa.
Como "un prisma rectangular"
Respecto a la estética de la rehabilitación, en general seguirá la de las nuevas implantaciones. Como variantes "para conseguir una composición de edificio más ligera y urbana, rebajando su aspecto industrial", además del revestimiento metálico -de placas de aluminio- en la parte superior de todo el perímetro, se plantea "un gran ventanal" en la fachada de Beiramar "que sirve al mismo tiempo como entrada a la tienda". Sus técnicos resumen el efecto visual que transmitirá la imagen exterior del edificio "como un prisma rectangular".
De los 137 empleos originados por la inversión de Lidl, 30 corresponden a la plantilla de la tienda," la mayoría de los cuales con contrato indefinido", señala el mencionado documento. En este sentido precisa que se trata de un número de empleados inicial que podrá incrementarse hasta 40 con el aumento de la facturación.
Que la concesión de la extinta Frigoríficos do Berbés S.A. (Fribesa) acabe convertida en un supermercado no era el primer objetivo del presidente Enrique López Veiga. Prefería una actividad del estilo la nave que inauguraron a principios de este mes Frigalsa y Atunlo sobre la nave de Freiremar. Pero ninguna empresa de este sector mostró interés sino que la multinacional alimenticia fue la única que presentó oferta al concurso. Con la expectación provocada por la apertura de un súper de esta marca, ahora la Autoridad Portuaria intuye que el desembarco del Lidl hasta podría actuar como "imán" de otras actividades. Y en esta zona otrora emblema de la pujante industria pesquera viguesa hay varios espacios disponibles. Como la nave que desalojó Pescapuerta, en Jacinto Benavente.
