Una de las últimas reformas legales que afectó de lleno a los juzgados de Instrucción fue la del Código Penal. La norma entró en vigor en julio de 2015: una de las modificaciones de calado que introducía era la de la supresión de las faltas -destipificándose algunas de las que hasta esa fecha eran de las más numerosas en estas salas- y la nueva consideración de delitos leves para aquellas infracciones de escasa gravedad que se seguían considerando merecedoras de reproche penal. Y los efectos de este cambio legal se han dejado notar de forma muy notable. Y es que estos juicios por ilícitos leves se han desplomado un 60% en las ocho salas de Instrucción de Vigo: si entre enero y septiembre de 2014, último año completo en el que estuvo vigente el antiguo Código Penal, los jueces celebraron en global más de 2.700 juicios de las antiguas faltas, en el mismo período de este 2016 el número de vistas de lo que ahora se denominan delitos leves se situó por debajo de las 1.200. O lo que es lo mismo, de haber una media de 300 juicios al mes se ha pasado a 130.
La clave de este descenso está en que el cambio legal en las infracciones penales leves no se limitó a modificar su consideración de falta a delito leve. Una serie de conductas que hasta junio de 2015 tenían castigo penal se destipificaron para pasar a la vía administrativa o a los tribunales civiles. Y entre ellas algunas que, por su elevado número, eran procedimientos estrella en estos juzgados: los accidentes de tráfico en los que concurrían infracciones leves (por ejemplo choques por alcance o en rotondas), los incumplimientos de regímenes de visitas a hijos en el contexto de parejas separadas o la gran mayoría de injurias.
La desaparición de estos ilícitos no sólo da una explicación al descenso de este tipo de juicios, sino que ha aupado como protagonistas a otras conductas que antes estaban más en un segundo plano. ¿Cuáles son ahora los delitos leves más habituales? En varias salas coinciden en que los hurtos en tiendas del centro de la ciudad como Urzáiz o Príncipe, y en centros comerciales, así como las estafas en compras por internet son algunos de los procesos en la actualidad más frecuentes, citando también las amenazas y las lesiones. "Quizás ya no se puede hablar de un proceso estrella como antes eran los accidentes de tráfico, ahora están más repartidos", consideran en uno de los juzgados.
Lo cierto es que entre el grupo de las infracciones que más destacan se cuelan los fraudes que se cometen a través de internet. Al ser delito leve, la estafa no puede superar los 400 euros. "Suelen ser casos en los que los afectados ven un anuncio por internet, se ponen en contacto por correo electrónico o WhatsApp con el vendedor, hacen un pago... pero nunca les llega el producto; y cuando intentan contactar de nuevo con esa persona ya no son capaces", explican. Los engaños más usuales son con teléfonos móviles de última generación o todo tipo de material electrónico o informático, pero en los juzgados de Instrucción ya celebraron vistas en las que los productos eran más infrecuentes, como "carritos de bebés" o en otra ocasión "perros de raza". Cuando estos casos llegan a una sala de vistas significa que se ha logrado dar con el presunto estafador, algo que en muchas ocasiones, por el anonimato que ofrece la red, no es posible. "Muchas veces se consigue al seguir el rastro de la cuenta corriente que habían aportado para que las víctimas hiciesen el pago; en casos en los que los denunciados no son de Galicia ya hemos celebrado algunas vistas en las que comparecen por videoconferencia desde su ciudad o presentan sus alegaciones por escrito", cuentan en un tribunal.
Atestados policiales
Además de por los juicios de casos leves, los juzgados instructores vieron bajar su actividad también al no tener que tramitar los atestados policiales sin autor conocido, que ahora no reciben hasta que se identifica al sospechoso. En números globales, en los primeros 9 meses del año estas salas ingresaron unos 17.400 asuntos, un 40% menos que los casi 30.000 que sumaron en esas fechas de 2015. Pese al desplome en las estadísticas, en los juzgados inciden en que la carga de trabajo sigue siendo alta. "Es cierto que nos liberaron de asuntos leves, pero ahora nos encontramos con que entran delitos más complejos que antes, como estafas, delitos societarios o fraudes fiscales, que requieren más dedicación", concluyen.
Un solo equipo de videoconferencia para la Audiencia y las ocho salas de Instrucción
Los tribunales piden nuevos dispositivos ya que cada vez usan más esta vía
- El sistema de videoconferencia que permite tomar declaración a investigados o testigos evitando que se tengan que desplazar al juzgado de la ciudad que lleva el caso es un método que cada vez se usa más en los juzgados de Vigo. Pero el problema con el que se topan los magistrados es el escaso número de equipos existentes. En el caso de los ocho tribunales de Instrucción, no disponen de uno propio, sino que deben compartirlo con el de la Audiencia viguesa. "La videoconferencia cada vez la necesitamos más; lo idóneo sería que hubiese un equipo para cada dos juzgados", afirman fuentes consultadas en estas salas encargadas de instruir delitos.Estos dispositivos son necesarios para los juicios de delitos leves. "En ocasiones te encuentras con que el denunciado es de otra provincia o otra comunidad, y ya puede declarar desde un juzgado de allí por videoconferencia", afirman. Pero también en la fase de instrucción de las causas se precisan para interrogar a investigados o a testigos que residen en otros lugares. Y cada vez más, ya que los juzgados vigueses se están encontrando con que peticiones de exhorto que han enviado a tribunales de otras autonomías para que tomen allí declaración a un implicado en un proceso, entre ellos de Valencia, País Vasco o Andalucía, se las devuelven sin hacer la gestión. "Nos responden que ya lo podemos hacer nosotros a través de videoconferencia", explican las fuentes consultadas.
