El profesor Pérez Juste, del departamento de Química Física, dirigirá el centro hasta 2019 tras renovar la confianza de la junta de facultad con 45 votos a favor, dos en blanco y ninguno en contra. Junto a él, repite todo su equipo, integrado por Alejandro Fernández, Mercedes García y Manuel Martínez.

-¿Qué compromisos han fijado para este segundo mandato?

-Hay muy buen clima de trabajo. Tenemos unos 300 alumnos y entre 50-60 profesores que imparten una formación muy personalizada y de calidad. Además tienen un elevado perfil investigador, lo que supone una fortaleza. Y queremos que nuestros estudiantes, además de estudiar a gusto, hagan más cosas. Hemos iniciado un programa de mentores para que los de 3º y 4º apoyen a los nuevos alumnos. Es una iniciativa que hace grupo, ayuda a los que aterrizan y para los de los cursos superiores supone una experiencia muy buena para su vida laboral. También queremos seguir fomentando que salgan como "erasmus" y aumentar las prácticas en empresas.

-Algunos de sus investigadores son los de mayor repercusión internacional de toda la Universidad, ¿beneficia esto a la docencia?

-Sí claro. Son gente potente, que está motivada y con un compromiso muy elevado en la docencia. La innovación docente ha sido una tradición en esta facultad, donde tuvimos uno de los programas piloto de Bolonia. Y somos un centro muy activo, aquí hay vida todo el día, de 9 a 8.

-¿Están satisfechos con las cifras de matrícula?

-En los dos últimos años, hemos llenado plazas con la gente de junio y la nota de corte ha subido. Aspiramos a conseguir a los mejores estudiantes de Pontevedra y Ourense, porque el título también se imparte en Santiago y A Coruña. Y para ello, visitamos los centros y tenemos jornadas de puertas abiertas. Hemos diseñado prácticas de laboratorio específicas y en nuestra web tenemos un apartado específico dirigido a los alumnos de Secundaria. A veces pueden tener miedo a la asignatura y es cierto que es una carrera, como las ingenierías, que requiere esfuerzo. Pero luego tiene salida en el mercado laboral.

-¿Repuntan entonces las carreras clásicas?

-Hace unos años, la carrera de Química parecía en riesgo. No sé si ha sido debido a la crisis, pero la gente se ha dado cuenta de que la formación generalista es la más adecuada para el alumno. Estudiar Química, Matemáticas, Física o Biología te da mucha flexibilidad para adaptarte al mercado laboral. En España, seguimos teniendo un déficit de estudiantes en ciencia, nuestra media es inferior a la europea, pero en un mundo tecnológico estos profesionales también van a ser necesarios.

-¿Cuáles son las principales salidas laborales?

-Tenemos un porcentaje bastante respetable de egresados que encuentran trabajo en la industria, en laboratorios y en las áreas de calidad o medioambiental. En el entorno tenemos gente trabajando en Lonza o CZ Veterinaria, pero también en Madrid o Barcelona. Es cierto que tienen las dificultades de todos y que tardan unos 7-8 meses en encontrar trabajo pero la situación es mejor para la gente que tiene formación. Hay quien pone en duda esto, pero los graduados siempre van a acceder a mejores puestos. La formación sigue siendo ineludible, porque además te da la capacidad de seguir aprendiendo y de innovar, te aporta creatividad. En la facultad ofrecemos talleres de empleo impartidos por expertos en recursos humanos que destacan lo bien que trabajan en equipo nuestros alumnos. Aprenden a desarrollar proyectos en común y a presentarlos, a repartir tareas y también tienen algunas asignaturas en inglés.

-El Consello Social defiende que Vigo imparta la carrera de Ingeniería Biomédica

-No sé cuántos podrían participar, pero sí es cierto que hay varios equipos posibles. Tenemos tres grupos muy involucrados en el Cinbio (Centro de Investigación Biomédica) que cuentan con gente de gran experiencia en la síntesis de compuestos o de nanopatículas relacionas con sensores para productos biológicos y medicamentos. Los responsables tienen que reflexionar y verlo con mucha calma, pero Química tiene gente que podría decir cosas.

-¿Puede abrir también nuevas expectativas laborales para sus alumnos?

-La rama sanitaria ya forma parte de las salidas clásicas. Los laboratorios del Sergas cuentan con químicos internos residentes y los estudiantes tienen la posibilitad de hacer prácticas en este entorno. Los análisis clínicos y forenses forman parte de esas salidas.

-¿Con qué expectativas enfrentan la renovación de la acreditación del grado?

-Siempre nos han valorado muy bien y este primer año nos vamos a esforzar en conseguir la renovación con la mejor nota. Nuestro sistema de garantía de calidad interno también tiene que pasar la certificación, que es bastante exigente. El sistema incluye procedimientos que hacen que la vida de la facultad esté más controlada, como en Citroën. Nos mantiene alertas y nos permite detectar problemas y solucionarlos si los hay. Y al mismo tiempo te muestra tus fortalezas.