El Corredor do Morrazo (CG-4.1) permanecerá cortado al tráfico de forma continua durante los tres próximos meses en el primer tramo de seis kilómetros, que ahora se está desdoblando, entre la rotonda de Domaio y el enlace de Meira. La Xunta se ha visto obligada a adoptar esta medida por razones de seguridad vial y de los trabajadores para continuar con las máximas garantías las voladuras con dinamita de los desmontes, que ya provocaron problemas por la inestabilidad del terreno. El corte se hará efectivo desde el 2 de noviembre, a las 10.00 horas, hasta el 23 de enero, con un paréntesis recomendado por Tráfico, del 21 de diciembre al 8 de enero, en el que la carretera volverá a abrir coincidiendo con la temporada de Navidad. Durante este tiempo, se trabajará a mayor ritmo, incluso sábados, domingos y festivos y con más operarios de los 50 actuales destinados al tramo I, adjudicado a Copasa; y de los 20 del II, que ejecuta Dragados.

Así lo anunció la conselleira de Infraestructuras, Ethel Vázquez, en una reunión con los alcaldes de Moaña y de Cangas, Leticia Santos y Xosé Manuel Pazos, respectivamente, en la oficina de la dirección de obra en la parroquia moañesa de Meira, en la que participaron también el director de la Axencia Galega de Infraestructuras (AXI), Francisco Menéndez; y la delegada territorial de la Xunta en Vigo, Yolanda Lesmes.

Todo el tráfico del corredor, que tiene una Intensidad Media Diaria (IMD) de 14.000-15.000 vehículos -con picos que superan los 20.000 en verano- se desviará por la carretera convencional de la costa PO-551, como hasta ahora se está realizando con los cortes puntuales por las voladuras. La nueva media obligará a adoptar actuaciones de mejora de la circulación en este vial, en cuanto a la red semafórica e intersecciones, sobre todo en Moaña, en donde el punto más conflictivo será en el cruce del vial de Meira de Arriba. Por este vial bajarán todos los vehículos que circulan por el corredor en sentido Cangas hacia Rande, y se incorporarán a la PO-551, en el cruce de Meira, que ya se estaba regulando con el apoyo de la Policía Local y semáforos intermitentes. La circulación desde Rande hacia O Morrazo se desviará en la rotonda de Domaio hacia la PO-551.

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Ethel Vázquez asegura que el cierre total del corredor ha sido la única alternativa posible para garantizar la máxima seguridad en estas obras, tanto para los usuarios del corredor como para los trabajadores, además de que permitirá reducir a la mitad el plazo de ejecución de los desmontes previstos. La conversión en autovía supone el desdoblamiento de la calzada, alternando margen derecho e izquierdo, por lo que los trabajos, que comenzaron a principios de año, se realizan próximos al tráfico en toda la obra y con importantes desmontes mediante voladuras que "están resultando desfavorables", dijo la conselleira.

Caída de piedras

Vázquez recordó el incidente del pasado 29 de septiembre en las primeras voladuras en el talud 10, en Domaio, antes del viaducto da Moura, que provocó una caída de piedras que invadió la calzada, y el corredor no se pudo reabrir al tráfico hasta seis horas después, cuando lo previsto en el plan de trabajo de las voladuras es que los cortes fueran puntuales de 30 minutos. Tras este suceso se decidió cortar durante todo un día el corredor para garantizar la seguridad por la inestabilidad del talud. Fue en la jornada del 8 de octubre, "un sábado que es cuando menos tráfico registra el vial y se acometieron las obras en el talud para evitar las máximas molestias a los usuarios", dijo ayer Ethel Vázquez.

Añadió que en aquella reunión se comprometieron a estudiar la situación de los taludes en todo el tramo del corredor para garantizar la máxima seguridad y los técnicos concluyeron que los desprendimientos como el del día 29 podían volver a suceder, que no se podían garantizar la duración de los cortes durante sólo 30 minutos y era muy difícil controlar la estabilidad del terreno con las voladuras.

Los trabajos en estos momentos estaban provocando casi cortes diarios, muy largos en el tiempo, y los informes técnicos concretan que con este ritmo, en el caso particular del desmonte 10, se necesitarían 109 jornadas con afecciones puntuales del tráfico. Con la solución del cierre del corredor se podrá incrementar el ritmo de ejecución de la excavación en desmonte y concluirla "en condiciones aceptables de seguridad" en 55 días.

A lo largo del tramo en obras hay 12 desmontes, muchos de los cuales reúnen las mismas características de inseguridad por su considerable altura, la carencia de calzada existente y la verticalidad. Además de en el desmonte 10, también se acometieron voladuras en el 11, a continuación del viaducto da Moura -por debajo de la urbanización de Domaio- sin que se haya producido ninguna eventualidad.

Cambios semafóricos

En la reunión de ayer, los responsables de la Xunta presentaron a los alcaldes un estudio de mejora de la circulación en la PO-551, que absorberá como antiguamente todo el tráfico en O Morrazo, al menos en el término municipal de Moaña. El estudio propone modificaciones en la regulación de los semáforos, durante el tiempo que se prolongue el cierre. La alcaldesa de Moaña ya se puso a analizar con el jefe de la Policía Local los cambios necesarios para absorber todo este tráfico, con especial problemática en el cruce de la subida da Fraga. También el estudio recoge que ya cuenta con un ciclo semafórico de 90 segundos que habría que ver si es suficiente o aumentarlo a 110 en horas punta o todo el d ía.

Otra medida que contempla es la eliminación del aparcamiento en el margen derecho de bajada, a lo largo de unos 100 metros, para habilitar un carril de giro a la derecha que permita la incorporación a la carretera principal. Llegando desde Rande, el estudio proponía también un ámbar flecha para que los vehículos en el cruce pudieran girar a la derecha, aunque la Policía ya comprobó que no hay espacio.