El Instituto de Estudios Vigueses (IEV) celebra el 800 aniversario de la consagración de la iglesia de Santa María de Castrelos con la publicación de su primera monografía coral, un ensayo ambicioso, escrito por expertos en diferentes campos, como la historia, la restauración o la arquitectura, y que se publica con un doble objetivo: poner en valor esta joya del románico y lanzar propuestas para darla a conocer y conservarla. Al frente del proyecto se sitúa el veterano investigador Fernando Javier Costas Goberna, autor también de uno de los artículos del libro en el que ahonda sobre Los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén y sus vínculos con el templo.

-¿Por qué decide el IEV elaborar esta obra sobre el templo de Castrelos, la primera de este tipo?

-En una ciudad como Vigo es importante que se resalte que la ciudad tiene un pasado y dentro de ese pasado hay un período medieval, en el que llegó a haber entre 16 y 17 iglesias románicas, de las que solo quedan en nuestros días tres: la de Coruxo, Bembrive y Castrelos. Dentro de esas tres únicas piezas que nos han quedado Castrelos representa sin duda una de las estrellas. Algunos incluso la consideraban la más hermosa.

-¿Cree que el templo se valora y conoce como se merece? Quizás en la ciudad se tenga más presente otro patrimonio, como los edificios del Ensanche.

-Con Castrelos sucede como con otros elementos patrimoniales del pasado, que exigen un trabajo de divulgación más potente de lo que se viene haciendo. Yo creo que eso es corregible y pasa por integrarlo más en la red de recursos turísticos o en una asociación más directa con el pazo de Catrelos, ya que hay una vida en común entre el pazo y la iglesia.

-¿Hay una tarea pendiente de divulgación?

-Sí, y no solo eso. Hay que mejorar también la señalización direccional en la propia ciudad. Es clave, no solo para Castrelos sino para otros monumentos. A alguien que no conozca exactamente la situación de la iglesia le resulta complicado llegar.

-¿Destaca el templo entre el patrimonio románico de Galicia?

-Además de por su propio interés, Castrelos tiene también añadida otra cosa: es una de las iglesias que podemos asimilar sin ningún género de dudas a la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, la Orden de Malta, lo que le da un valor añadido, ya que nos permite situar la iglesia en un contexto muy concreto. En otras se ignora.

-¿Puede jugar un papel importante en el turismo?

-Evidentemente. Cada vez el turismo exige más cosas que la simple playa y el sol. También quiere conocer las singularidades de los sitios que visita. Y Castrelos, Bembrive o Coruxo podrían formar parte de un roteiro medieval de Vigo. Ampliable incluso a otras zonas de la comarca. Y ahí sí hay mucho trabajo por hacer. No solo en la propia ciudad, sino también en coordinación con otros municipios de la comarca. Castrelos permite tanto acoplarse a una ruta del románico como también a una ruta de establecimientos de los hospitalarios de San Juan de Jerusalén.

-La iglesia cumple 800 años sin la catalogación de BIC.

-Sí. A veces la sociedad va por encima de la burocracia. Es un tema que se debe corregir. Ya se iba a hacer hace año, quedó parada? En fin. Sería importante esa declaración por razones obvias, pero yo creo que independientemente de su declaración formal o no, lo más importante es la valoración que hagamos los propios ciudadanos. Que seamos conscientes de su importancia. Y yo creo que cada vez hay más sensibilidad patrimonial.

-¿Cuál es el estado de conservación de la iglesia y sus pinturas?

-Bastante bueno. Pero este tipo de monumentos siempre van a estar sujetos a preocupación en cuanto a su estado, ya que a medida que pasa el tiempo necesitan ciertas reparaciones. Por ejemplo el informe sobre las pinturas que incluye el monográfico nos habla de que hay que tener en cuenta problemas de salinidad, humedades, musgos? Hay también otros problemas sobre los que habrá que reflexionar en el futuro. Por ejemplo el tráfico rodado de su entorno, que generan vibraciones que no son nada buenas. Ocurre también en Coruxo.