Con el cierre del Hospital Xeral no solo se jubiló un edificio -que, en tres años renacerá como Torre de la Justicia-, sino también muchas de las cosas que contenía. Entre ellas, las más de medio millar de camas en las que ingresaba a los enfermos. Ahora, las que están en mejores condiciones, viven una segunda vida en casa de los pacientes. Desde que el Pirulí comenzó la progresiva clausura de su hospitalización, en septiembre de 2015, un total de 241 familias de todo el área sanitaria viguesa se han beneficiado de estos préstamos.
Cuidar en el domicilio a un paciente con tratamiento paliativo o con un daño cerebral sobrevenido, además del impacto que supone para la familia, suele conllevar un importante desembolso económico. Las camas articuladas son un elemento esencial en el cuidado de los enfermos con poca movilidad y, especialmente, cuando el familiar que lo cuida es una persona mayor.
El Sergas lleva años facilitando esta prestación ortoprotésica, sobre todo, de sillas de ruedas, pero desde el cierre del Xeral cuenta con existencias para cubrir la demanda de camas. Solo de este viejo hospital, la Estructura Organizativa de Xestión Integrada de Vigo ha cedido una media de 20 al mes, en los últimos 13. El 90% de los beneficiarios, se la llevaron dotada de colchón, mientras que el resto optó por asumir este coste. Del centro de la calle Urzáiz también se han entregado nueve sillas de ruedas, cuatro pies de gotero, un andador, una grúa, una mesilla y una cama eléctrica.
Las camas del viejo hospital, junto a otro mobiliario del centro que pudiera resultar útil tanto para particulares como para centros sanitarios o como fuente de piezas de repuesto, se han almacenado en el antiguo Hospital Psiquiátrico O Rebullón, que también perdió su uso sanitario, el pasado mes de enero.
Estas cesiones las gestiona el Servicio de Mantenimiento del Xeral, que aún existe como tal y cuyos profesionales pertenecen a la plantilla del Sergas -el del Álvaro Cunqueiro está en manos de la concesionaria y el del Meixoeiro también estaba externalizado-. Las peticiones de los pacientes les llegan a través de varias: el Servicio de Trabajo Social del área sanitaria, otros departamentos del Chuvi, algún ayuntamiento y también Povisa.
Con el paulatino envejecimiento de la población, cada vez hay más demanda de esta prestación, según cuentan desde el Servicio de Trabajo Social del Chuvi. Para atenderla, no solo cuentan con las existencias procedentes del Hospital Xeral y guardadas en el Rebullón. Hay otros almacenes en el complejo. Así, solo este departamento tramitó a lo largo de 2015 un total de 299 solicitudes de cesión de sillas de ruedas y otras 130 de camas articuladas. El nivel de rotación es bastante elevado y suele haber capacidad para atenderlas todas. Cuentan las trabajadoras sociales que se trata de una de las facilidades del sistema público de salud más valorados por parte de la comunidad.
