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Hasta 4.000 piezas de delitos se almacenan en los juzgados

Herramientas empleadas en asaltos, matrículas falsas o prendas robadas de hace más de veinte años se amontonan en los sótanos

Uno de los sótanos con objetos y pruebas de delitos de un juzgado de Instrucción. // FdV

Destornilladores, palancas, cuchillos, bolsos y prendas robadas, matrículas falsificadas, bicicletas, ordenadores portátiles, paraguas, muñecos..., podría parecer que estamos hablando de los objetos que encontramos en los mercadillos. Nada más lejos de la realidad. Este variopinto material se encuentra almacenado en las salas y sótanos de los juzgados vigueses: son las denominadas piezas de convicción, es decir, objetos intervenidos por la Policía y por los jueces en todo tipo de causas criminales y detenciones. Entre los ocho juzgados de Instrucción del partido judicial de Vigo tienen acumulados más de 4.000 objetos o piezas de delitos. Al año, cada una de estas salas recibe en torno a un centenar de nuevas piezas de convicción, que adheridas a las ya almacenadas, suman un depósito de medio millar de objetos por cada juzgado de Instrucción.

Estas salas son las que incoan las causas criminales, por lo tanto son las encargadas de custodiar todas las pruebas de cada uno de los casos, perfectamente guardadas e identificadas con el número de pieza y diligencia por si fuera necesario remitirlas a un juzgado de lo Penal o a la Audiencia. Aunque en la gran mayoría de los casos se tratan de objetos relativamente reciente, lo cierto es que todavía quedan piezas de hace más de veinte años . "A día de hoy todavía tenemos pruebas de casos del año en el que se abrieron los juzgados, en torno al 1990", comenta la secretaria de uno de estos juzgados. Aunque señala que cada cierto tiempo se realiza un expurgo y mucho material es retira y destruido por la Xunta, resulta complicado dar salida a todos por lo que éste sigue acumulándose en los bajos del juzgado.

Tiempo de acopio

Según dicta la ley, cada uno de estos objetos debe conservarse hasta que la causa se cierre o se derive ésta a los juzgados de lo Penal o a la Audiencia. Por lo tanto no existe un periodo de tiempo concreto por el que deban permanecer los materiales en el juzgado.

Una vez el asunto esté judicialmente resuelto, ya se pueden devolver los objetos a sus propietarios -en el caso de que quieran reclamarlos-, destruirlos, función de la que se encarga el propio juzgado si son piezas pequeñas o la Xunta si se trata de grandes lotes de objetos, donarlo a entidades sin ánimo de lucro, especialmente prendas, o realizar una subasta pública. "A la gran mayoría de los objetos intervenidos en delitos no se les conoce dueño, nadie los reclama y aunque se archive el caso, estos quedan en el juzgado. Así se van almacenando", explica otro secretario judicial de Instrucción.

Estos trabajadores guardan también en sus propios despachos numerosas piezas de convicción de menor envergadura para que no se traspapelen con otros de mayor cuerpo. En este caso suelen ser joyas, pequeños cuchillos o navajas, teléfonos móviles y sobre todo DVDs. "Cuando policía nos remite un detenido y nos acerca sus pertenencias, además de las propias pruebas del delito, también hacemos acopio de su propio móvil y otros objetos no significativos para la investigación, así tenemos tal cantidad de móviles o discos", lamenta el secretario.

Otras fuentes judiciales señalan además la necesidad de más medios humanos para que este almacenaje se llevara a cabo de una forma más correcta y ordenada. "Lo correcto sería que todas las piezas se encontrasen juntas y que hubiese personal encargado de su colocación y cuidado", apuntan.

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