Muy nervioso, violento y repitiendo que quería hablar "con la juez". Así se presentó ayer en el Juzgado Penal 1 de Vigo un hombre de 45 años condenado por esta sala por intentar robar en una casa y al que, tras no abonar una multa de 150 euros contemplada en la sentencia, se le requirió hace días para cumplir 15 días de cárcel como responsabilidad penal subsidiaria por ese impago. Sin dar posibilidad de que en el tribunal le explicasen las opciones de sustitución o suspensión que tenía, se personó allí y descargó sin más su agresividad golpeando mobiliario y puertas y profiriendo amenazas contra varias funcionarias y contra el letrado de la Administración de Justicia -nueva denominación del secretario judicial-, al que arrinconó y gritó que le iba a "estampar un ordenador en la cara". Finalmente fue detenido: tuvo que ser reducido en el juzgado por 5 policías.

"Pasamos miedo, estaba muy violento; nunca vi una cosa igual en 21 años que llevo en los juzgados", afirmaba una funcionaria. "Ya venía mal", cuentan. Entró en la primera oficina de funcionarias y allí una trabajadora le dijo que se tranquilizase. Después se dirigió a otra estancia, donde estaban dos funcionarias más, una la que lleva su ejecutoria, con un usuario. "Empezó a dar patadas a las puertas y nos dejó allí encerrados", describen. "Daba vueltas por las oficinas, dando más patadas, rompiendo todo...", agregan. En ese momento se estaban celebrando juicios en la sala de vistas y el letrado judicial escuchó el alboroto. Acudió hasta allí y le dijo al hombre que se calmase, que estaba en un juzgado. Pero éste le arrinconó y amenazó con golpearlo con un ordenador.

Ante el cariz de la situación, una funcionaria avisó a seguridad. Llegaron a subir tres policías de los que están en el calabozo y otros dos de los que vigilan la entrada del edificio. Quisieron tranquilizar al hombre, pero finalmente tuvieron que reducirlo. Tampoco la forense, que también acudió, pudo calmarlo. Tras su detención por delito de resistencia y desobediencia, lo atendieron primero en el Hospital Álvaro Cunqueiro y después lo llevaron a comisaría, donde, según fuentes policiales, es un viejo conocido. Al parecer, según las mismas fuentes, estaba bajo efectos de las drogas.

Funcionarias del juzgado señalaban ayer que sienten "mucha inseguridad". Tuvieron más altercados con otros acusados o condenados, aunque ninguno tan grave. "Tratamos temas penales conflictivos; debería haber policías haciendo rondas por las plantas", solicitan.