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El Nuevo Vigo

Emilio García Olloqui fue el principal impulsor del diseño y construcción de la Plaza de Compostela, un espacio al que denominó Nueva Población y que fue un lugar de uso privado

Imagen de la Plaza de Compostela, un lugar ganado al mar y que el ayuntamiento recuperó para uso púbico en 1876. // FDV

Pocos hombres dejaron a Vigo un legado tan importante, valiosos e icónico. Emilio García Olloqui, que nació el diez de octubre de 1821, es uno de los principales referentes de la ciudad. Su gran obra fue la Plaza de Compostela, diseñada junto al arquitecto Julio Valdés, y que fue un referente de la sociedad de la época y que en la actualidad mantiene su filosofía. No fue sencilla la operación, que atravesó por momentos de dificultades.

El impulsor de esta iniciativa siempre tuvo inquietudes por mejorar la ciudad. Era abogado, escritor y también poeta. En esta última faceta recibió numerosas críticas por la mala calidad de sus versos. Durante su vida fue funcionario de los ministerios de Obras Públicas, Fomento y Guerra. Ejerció como cónsul de España en Lisboa. En su biografía también figuran la realización de varias óperas, aunque casi todas fueron estrenadas con escaso éxito.

Siempre mantuvo la idea de mejorar la ciudad. Así, en 1856 diseñó un ambicioso plan junto al arquitecto Julio Valdés. El mismo, según recogen los historiadores, tenía varios objetivos. Uno de los principales era ganar terreno al mar, facilitar las operaciones comerciales en el puerto vigués y crear un espacio único y exclusivo. A todo ello se le puso el nombre de Nueva Población. Su desarrollo se inició en 1861 y concluyó a todos los efectos en 1876.

El primer paso fue el derribo de las murallas que rodeaban Vigo y que impedían, según Emilio García Olloqui, el acercamiento de los habitantes al mar. Cuando se autorizó esta operación, apareció un problema. Era complicado el traslado de todas las piedras a otros lugares. Emilio García Olloqui propuso la construcción de la Plaza de Compostela. En aquella época el mar llegaba al inicio de la calle Vázquez Varela.

Allí se depositaron muchas de ellas. No fueron suficientes y se recogieron otras procedentes del Castro. El espacio estaba diseñado desde el actual Hotel Bahía hasta donde se ubica ahora el sede viguesa de la Xunta de Galicia. En el mismo diseño se incluía la construcción de nueve edificios. Pero lo más importante era el gran jardín central. Emilio García Olloqui lo pensó para uso y disfrute de las personas que ocupaban esas casas. Y por ese motivo se cerró con una valla metálica en todo su perímetro. Pero cometió un error que años más tarde resultó decisivo.

Colocó una fuente en el centro. Y eso fue utilizado por el Ayuntamiento de Vigo para reclamar que el espacio fuera público. No fue hasta 1876 cuando se abrió totalmente, después de un intenso y complicado debate legal y también con los autores del proyecto. Se inició entonces una nueva etapa. La Plaza de Compostela se abrió totalmente y además se convirtió en el centro de reunión de la sociedad viguesa.

Allí actuó durante muchos años la Banda de Música Municipal. El lugar era cada vez más concurrido. Los habitantes tenían un fácil acceso desde otras calles y había un amplio lugar para pasear. Las sociedades recreativas de la época, estaban muy cerca. Incluso se produjeron algunas curiosidades. La Casa de la Caridad, que acogía a personas con escasos recursos, alquilaban sillas. La recaudación se destinaba a invertir en obras benéficas.

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