Agentes de la Policía Nacional detuvieron a un varón, español de 52 años de edad y con domicilio en Paraguay, por un delito contra la salud pública al estar presuntamente implicado en una ruta de envío de cocaína desde Paraguay a España, concretamente a Vigo. La investigación se inició en agosto, cuando los agentes detectaron la remisión de sustancias estupefacientes a través de correspondencia postal empleando identidades falsas, aunque con direcciones reales - de connivencia con el verdadero receptor-.

Meses antes del inicio de la investigación, los agentes tuvieron constancia de un sobre que contenía cocaína. El hallazgo se produjo en un establecimiento de hostelería de Sanjurjo Badía y, posteriormente, se detectó en Correos un paquete con hachís en su interior. Varios de los envíos confluían en diferentes épocas en una vivienda de Chapela en un domicilio que permaneció desocupado durante diferentes periodos. Semanalmente, llegaban diferentes envíos desde Sudamérica a la vivienda, aunque la propietaria no se hacía cargo ellos al no corresponderse su nombre con los destinatarios.

El remitente de los envíos era un ciudadano español con "amplios vínculos con el narcotráfico", según indican fuentes policiales. El varón residía en Paraguay desde hace nueve años y tenía previsto realizar un viaje a España. Fue en ese momento en el que se organizó un amplio dispositivo para su detención en una zona aislada del aeropuerto. Después de tomarle declaración, el detenido y lo actuado pasaron a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Vigo.

Según indica la Policía Nacional, la moradora de la vivienda que recibía los paquetes desconocía el contenido de los sobres y que su domicilio se utilizase para el envío masivo de sustancias estupefaccientes. El Juzgado de Instrucción 1 de Vigo procedió a la apertura de los sobres para realizar los pertinentes análisis y comprobaron que los envíos requerían una alta tecnificación, con medidas de seguridad capaces de burlar controles de aeropuertos y estaciones.

Además, se utilizaban identidades ficticias tanto para el remitente como para el destinatario para impedir la investigación.