El primer conflicto que resolvió el conselleiro de Sanidade en funciones cuando llegó al cargo fue el de los celadores. El colectivo había acampado en el hall del Cunqueiro, después de que parte de las funciones que desempeñaban -el transporte interno de todo lo que no fueran pacientes- se externalizara y entregara a la concesionaria. Reclamaban recuperarlas y Jesús Vázquez Almuiña se lo concedió.

El Sergas modificó el contrato con la concesionaria para retirarle estas tareas, lo que supone una reducción de 245.000 euros de su canon anual. El 8 de diciembre la sociedad dejó de prestar este servicio. Una semana después, presentó una solicitud de requilibrio económico ante la Administración sanitaria gallega.