Un diseño rompedor pero adaptado a su entorno histórico gracias al uso de la madera, que se moldea reinterpretando las antiguas barcazas de los pescadores y las galerías tradicionales de las casas de la plaza. El estudio compostelano Abalo Alonso se impuso en el concurso de la futura sede de la Universidad en O Berbés con un edificio "flexible y absolutamente versátil" que permitirá utilizar su planta baja y sus tres pisos "casi a demanda" y que aspira a continuar el resurgimiento arquitectónico y vital del Casco Vello hasta su barrio más próximo al mar.
En el edificio diseñado por el tándem Elizabeth Abalo-Gonzalo Alonso destaca la gran caja de madera dispuesta sobre la estructura de granito existente y cerrada con una cubierta de zinc. "El espíritu general del proyecto es el de una barcaza apoyada sobre la piedra. Las largas crujías y el uso de la madera lo trasladamos a la fachada, que tiene un diseño contemporáneo con celosías verticales pero inspirado en la tradición. Esta reinterpretación adaptada a los nuevos usos fue lo más valorado por el jurado", destaca Alonso".
La madera también se utilizará en el interior y en toda la estructura: "La investigación ha avanzado mucho y ahora nos corresponde a los arquitecto su aplicación. Nosotros ya tenemos cierta experiencia y nos pareció interesante para este proyecto. Se creía que el hormigón lo podría resolver todo, pero la madera ha vuelto y en Vigo su uso entronca con la carpintería tradicional de los barcos".
La planta baja albergará el vestíbulo, una sala multifuncional, espacio para tienda y atención a los alumnos y la escalera central, que estará dotada de gradas. "Determinado tipo de edificios se han vuelto más informales, pensemos en las sedes de Google o Microsoft que facilitan los encuentros en los pasillos o las charlas informales. Las escaleras monumentales eran un espacio representativo de los ayuntamientos o los palacios, pero hoy en día los edificios necesitan ser más cercanos al usuario y en estas gradas se podrán realizar encuentros, presentaciones o charlas", plantea. Y además se respetarán los soportales, elemento tradicional que hoy sigue aportando espacio "para la vida ciudadana", bien sea para pasear o resguardarse de la lluvia y el sol.
En el primer piso, se habilitará la sede institucional, con un despacho para el rector y sala de juntas, además de una zona de exposiciones que también podría convertirse en 4 salas de reuniones u 8 despachos. La tabiquería seca hará factible esta flexibilidad de usos en todo el inmueble.
El segundo piso albergará aulas del Centro de Linguas y el tercero será destinado a espacios de coworking, cursos o seminarios. "Las mismas aulas que por la mañana acojan clases de idiomas podrán tener otra actividad por la tarde, mientras que los despachos ofrecen la posibilidad de un uso temporal", propone Alonso.
El diseño del estudio compostelano, que realizó una oferta de 99.700 euros, será una realidad en 2018. Sus responsables confían en que el inmueble y la actividad universitaria suponga un punto de inflexión en la recuperación de la plaza: "Ojalá sea así, porque la zona tiene mucha calidad".
Gonzalo Alonso | Abalo Alonso Arquitectos
"Aspiramos a prolongar la buena labor rehabilitadora que ya se hace en el Casco Vello"
Alonso y Abalo se muestran "encantados" de que una plaza tan emblemática acoja su primera obra en Vigo: "En el Casco Vello ya se hace una buena labor rehabilitadora y aspiramos a prolongarla hasta O Berbés. En las zonas históricas se pueden realizar intervenciones contemporáneas con todas las garantías y comodidades. El ADSL funcionará de maravilla y la gente no pasará frío".
El estudio compostelano ya diseñó la escuela infantil del campus de Ourense, por la que recibió un premio nacional y donde también apostó por la madera en cerramientos y celosías. Este material facilita la eficiencia energética, uno de los requisitos del concurso. "La trazabilidad está garantizada y con un cliente como la Universidad se pretende estar en la vanguardia o al menos acercarse", destaca Alonso.
Las celosías verticales de madera evitarán el soleamiento directo en verano, "sin impedir las vistas a la Ría", y además darán empaque al inmueble: "No se trata de una vivienda sino de un edificio público y la fachada debe tener este carácter institucional sin distorsionar la imagen de la plaza".
