La Fiscalía ha solicitado una pena de año y medio de prisión para un motorista por conducción temeraria y casi provocar el atropello de cinco peatones, entre ellos un bebé que iba en el carrito con su madre y su hermano también menor.

Los hechos se remontan a septiembre de 2015. El acusado circulaba por el entorno del cementerio de Pereiró a gran velocidad y haciendo trompos y "caballitos" cuando fue detectado por los agentes de la Policía Nacional. Estos activaron las sirenas y procedieron a su identificación cuando el varón "arrancó rápidamente y huyó a gran velocidad", tal y como reconoció uno de los agentes durante la celebración del juicio en la sala de lo Penal número 1 de Vigo.

La persecución se extensión a lo largo de la avenida de Castrelos y se prolongó durante kilómetros, invadiendo e motorista en varias ocasiones el sentido contrario, no respetando en multitud de ocasiones los semáforos en rojo e incluso casi provocando el atropello de cinco peatones, dos menores entre ellos; según relataban los agentes en su testimonio. "Dos señoras tuvieron que soltar las pertenencias debido a la brusquedad del giro para volver a la acera y más adelante una madre con hijo en un cochecito tuvo que recular en el último momento", añadieron los policías.

Tras varios minutos de huida, el acusado creyó despistarlos y se escondió tras un camión que se encontraba estacionado en Pereiró. Minutos después los agentes lo localizaron y procedieron a una segunda identificación del varón, cuando este "ya con el casco medio fuera", volvió a la moto y prosiguió con su huida. Tras de nuevo varios kilómetros, los agentes pudieron neutralizarlo.

El acusado ha negado ser él quien condujese la motocicleta, afirmando que se trataba de una segunda persona que prefirió no señalar. Sin embargo, durante el juicio, uno de los agentes fue quien de reconocer al acusado y asegurar que se trataba de la misma persona que conducía la moto.

Otro de los testigos que participaron en el juicio añadió una falta más a las presuntamente cometidas por el varón. El antiguo propietario de la moto, a quien ésta seguía como su dueño, aseguró que a su venta la moto no contaba con los permisos para circular por calles. "Carecía de espejos, matrícula, etc. No era apta para circular y así figura en el registro".