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El vigía europeo de las toxinas marinas

La mudanza del Laboratorio de Referencia Europeo al campus ha reforzado la colaboración con la Universidad a la hora de diseñar nuevos métodos y adelantarse a posibles amenazas

Tras la reciente detección de varios casos de contaminación en moluscos, Holanda plantea a la UE generalizar el control de la peligrosa tetrodotoxina, el mismo compuesto que convierte en letal al pez globo. Y mientras los expertos de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria evalúan los riesgos, Vigo ya se ha adelantado y ha puesto a punto el método de detección que se implantaría en todos los países miembros si la Comisión así lo decide. Es un ejemplo del trabajo que desarrollan los técnicos e investigadores del Laboratorio de Referencia Europeo para Biotoxinas Marinas, con sede en el campus y dirigido por la profesora Ana Gago.

"Las toxinas emergentes nos tienen muy ocupados. La tetrodotoxina, que se controla fundamentalmente en Japón, siempre había sido detectada en peces, pero ahora se han encontrado casos en moluscos de Holanda y también de Grecia y Reino Unido. Una de las hipótesis es que tenga un origen bacteriano. Nosotros ya hemos diseñado el método de detección y el siguiente paso sería la validación para poder proponerlo como herramienta si se decide su inclusión en el control de bivalvos", explica.

El Laboratorio de Biotoxinas Marinas se ubica en Vigo desde 1993, depende de la Agencia Española de Consumo y Seguridad Alimentaria (Aecosan) y hace cuatro años trasladó su sede desde la Estación Marítima a las modernas instalaciones de Citexvi. Una mudanza que ha impulsado la colaboración y la transferencia de la investigación que se realiza en el campus, en concreto, con el grupo de Técnicas cromatográficas y afines para el análisis de biotoxinas naturales, que coordina la propia Ana Gago.

"La plantilla del laboratorio está compuesta por diez expertos contratados por la Aecosan o por la Universidad. El apoyo del grupo de investigación ha sido muy importante para obtener nuevo conocimiento y poner a punto técnicas que después se transfieren. Venir a Citexvi permitió esta interacción que ha sido clave para que el laboratorio tenga su carácter de referencia", subraya Gago.

Esta fructífera vecindad se traduce en tesis, trabajos fin de máster y proyectos de I+D: "Es una relación muy positiva para ambas instituciones. Todos contribuimos. El laboratorio se beneficia de la transferencia y la Universidad gana visibilidad internacional en una tarea tan valiosa para nuestra ubicación geográfica como es el control de las toxinas en moluscos. No hay que olvidar que Galicia es el primer productor de Europa. Una de las cosas de las que estoy más orgullosa es de haber integrado ambas actividades", reconoce.

Además de desarrollar nuevos métodos fiables, el Laboratorio de Biotoxinas también supervisa el correcto funcionamiento de todos los laboratorios nacionales de la UE, lo que garantiza el de la red interna de cada país.Para ello, realizan congresos, entrenamientos y pruebas de aptitud anuales. Y, aunque desde que Gago asumió la dirección en 2009 no se ha dado el caso, serían los encargados de dirimir un posible desencuentro entre países.

"Entre todos formamos una red que funciona muy bien. Otros países productores como Holanda, Francia, Italia, Reino Unido o Irlanda son muy activos en este campo e incluso Noruega, que no forma parte de la UE, está muy involucrada. Además también asesoramos a terceros países que exportan producto a Europa como Argentina, Túnez o Namibia. En octubre tendremos gente de Chile, Costa Rica y Marruecos que quieren venir a entrenarse", comenta.

Gago también ha aportado su agenda de contactos para contar con la visión externa de reconocidos expertos a nivel mundial de Canadá, EE UU o Japón, países que destacan en el estudio y control de las toxinas marinas.

La responsable también destaca la "fluida relación" que mantienen con los productores gallegos: "La semana pasada nos visitaron miembros de Opmega. El Consello Regulador del mejillón nos contacta directamente para interesarse por lo que hacemos y por los temas que se debaten en Europa o las metodologías. Es un sector abierto y preocupado y consciente de lo importante que es tener aquí el laboratorio de referencia".

¿Pero son más frecuentes ahora los episodios tóxicos o es que existe mayor control? Gago pone como ejemplo la detección cada vez más precoz y sofisticada de los cánceres: "Hablamos de contaminaciones naturales y es cierto que el comportamiento de los ecosistemas es diferente. Pero también lo es que el conocimiento se ha ampliado y afortunadamente también nuestra capacidad para detectar toxinas".

Peligros emergentes y ensayos celulares

  • La etiqueta de referencia conlleva evaluaciones continuas de la calidad de la plantilla y del equipamiento, que incluye avanzados cromatógrafos, alguno acoplado a espectómetros de masas, para detectar los tres grupos de toxinas -lipofílicas, amnésicas y paralizantes-. "Estamos muy bien valorados. La exigencia es muy grande y los jóvenes investigadores aportan sabia fresca y entusiasmo", celebra Gago.En Galicia están presentes los tres grupos de toxinas, aunque las más habituales son las lipofílicas como la diarreica. Actualmente, los métodos de control son físico-químicos, pero en el laboratorio investigan novedosas tecnologías basadas en ensayos celulares para controlar toxinas emergentes como la ya citada tetrodotoxina o la ciguatoxina. Respecto a esta última, el grupo de Gago participa en un proyecto europeo para determinar el riesgo de contaminación alimentaria tras registrarse casi un centenar de intoxicados en Canarias por ingesta de pescado.

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