Todos los sedimentos extraídos de las redes de alcantarillado, imbornales y pozos de bombeo son depositados al final de la jornada en la Nave de Transferencia de la EDAR del Lagares, donde se escurre el agua y se ponen a secar los residuos en grandes tanques para cargar luego un camión que los transportará hasta un gestor autorizado en Cospeito (Lugo) para tratarlos como residuos desechables.

Se ha estudiado la posible reutilización de la tierra para rellenos de obra pero los costes del tratamiento superarían al de la venta. "Cada día juntamos entre 15 y 20 m2 de residuos escurridos", explica el jefe del servicio de saneamiento de Vigo, Javier Suárez.

A la hora de planificar el trabajo el tráfico es el principal condicionante. "Somos conscientes de que molestamos y por eso señalizamos la zona e informamos al Concello de dónde estamos y a veces nos retrasan la intervención unas horas", explica el responsable del equipo.