La tarjeta ciudadana de Vigo no estará limitada al transporte, sino que será un dispositivo multifuncional que permitirá su uso en diferentes servicios públicos, tal y como ya ocurre en numerosas urbes. El proyecto señala que en la primera fase se utilizará también para pagar en las instalaciones deportivas municipales y para hacer trámites de administración electrónica del Concello. Progresivamente se adherirán otros, tales como la zona azul, museos, bibliotecas, compras de entradas de conciertos y promociones comerciales, estos últimos tras los acuerdos con entidades de cada sector.

El cronograma de implantación de la Tarxeta Vigo establece que en octubre empezarán a emitirse 150.000 para el transporte urbano, que registra más de 20 millones de desplazamientos anuales, La previsión es que en dos años haya 100.000 usuarios más del plástico. En enero de 2017 se ampliaría el abanico de usos a los servicios deportivos, área en la que se realizan dos millones de pagos al año según los datos de los técnicos. La web municipal registra más de 900.000 usos que podrían realizarse con la nueva tarjeta, mientras que en los museos y bibliotecas la cifra es de 284.000, lo que da una idea del potencial de partida del dispositivo.

El Concello deberá aprobar una ordenanza para regular los servicios que abarcará la tarjeta. La previsión es hacerlo en el mes de noviembre.

El dispositivo no necesita contacto con los lectores, y el Concello prevé que pueda prescindirse de él físicamente al estar diseñada para ser utilizado mediante una aplicación de smartphone. "Mejorará la gestión pública con nuevas tecnologías, facilitará el acceso a la información de la acción municipal, y se potenciará el vínculo con los ciudadanos", recoge el proyecto.