La organización de Conxemar se sumó ayer al malestar generalizado entre las empresas que operan en el Puerto de Vigo por las trabas administrativas que ralentizan el despacho de mercancías y hasta paraliza durante días contenedores sin poder salir de la terminal de Guixar. Como ejemplo de este bloqueo burocrático aseguró que se están reteniendo muchos contenedores porque "un certificado enviado desde un país [en concreto, de Argentina] no se lee bien". Por el sinfín de impedimentos de los inspectores vigués, revelada por FARO, se desvían cada año 50.000 toneladas sólo de pescado congelado a la terminal de Leixoes (Portugal), donde los operadores aseguran que hay una "mayor flexibilidad" en las inspecciones.

En una rueda de prensa, el presidente de Conxemar, José Luis Freire, alertó de que fruto de esta situación hay empresas que incluso "están planteándose acciones judiciales". Y puso como ejemplo de los perjuicios que está ocasionado este bloqueo en el PIF el caso de una empresa que tiene nueve contenedores de langostinos "retenidos en el puerto", lo que "representa muchísimo dinero". "Unos 1,5 millones", cuantificó.

Freire cree que esta clase de problemas genera "mala fama al Puerto de Vigo" en el exterior. Afirmó que desde fuera ven al recinto vigues "como un puerto caro por sus costes" y los que se suma ahora estás trabas administraciones que ponen en evidencia su ineficaz funcionamiento. En esta línea, reincidicó que el Puerto de Vigo "debería ser muy eficaz" porque el sector pesquero "compite a nivel mundial" y "por lo tanto hay que competir con puertos que son eficacísimos y países con una mano de obra y ventajas muy grandes". "Tanto la ventanilla única como los organismos de un puerto es muy importante que funcionen de manera eficaz y haya una unidad de mando", plantea.