La iniciativa privada está detrás de este proyecto firmado por el estudio MVRDV de Rotterdam para transformar dos viejos silos gemelos de hormigón en un residencial de lujo situado en la antigua zona industrial y portuaria de Copenhague, islas Brygge, y con vistas espectaculares a la ciudad.

Al contrario que otros proyectos de carácter público, su diseño es menos respetuoso con la fisonomía original, aunque la zona inferior queda liberada para mostrar los silos.

Ambos datan de 1960 y formaban parte de una planta de procesamiento de soja que cesó su actividad en los 90. Los arquitectos añadieron ocho plantas de apartamentos alrededor del perímetro y aprovecharon el espacio interior con toda su altura para diseñar un vestíbulo con techo de cristal en el que el hormigón de las paredes se fusiona con estructuras y escaleras en blanco generando un ambiente muy especial y futurista.

Cada una de las 84 viviendas, que se organizan en torno al silo de forma curvilínea, está dotada de un balcón privado. El estudio buscó respetar la privacidad de los inquilinos, pero incluyó grandes espacios abiertos alrededor de los edificios para que los ciudadanos puedan disfrutar de la zona.

La inversión total ascendió a 17,8 millones para construir viviendas y aparcamientos con una superficie total de 10.700 m2.

El equipo holandés, que también firma el Edificio Mirador de Sanchinarro, en Madrid, recibió por este proyecto el Premio Ciudad de Copenhague al Mejor Edificio de 2005.