-¿Qué papel jugarán los oceanógrafos ante el cambio climático?

-Es uno de los problemas principales a los que nos enfrentaremos en los próximos decenios y hay un gran malentendido respecto a las palabras que lo definen: catastrófico, antropogénico y global. Hay mucha opinión, casi siempre negativa, y datos muy imperfectos. Y si en tierra la tecnología de los satélites que nos permite obtenerlos de manera global y fiable es muy reciente, en el mar hemos visitado y medido muy poco. Y nuestro planeta es agua en el 71% de su superficie. Esto nos lleva a deducir la necesidad absoluta de mejores científicos e inversiones, así como de mejores enseñanzas para que las nuevas generaciones comprendan mejor los problemas y obtengan conclusiones más firmes.

-Habla de financiación, el mayor problema de la ciencia española.

-Tanto la investigación como la enseñanza de alto nivel deben ser una obligación de los poderes públicos para garantizar el acceso a los mejores. ¿Se hace lo bastante? Pues no. No solo en España, sino en muchos otros países. La crisis fue una coartada perfecta para que algunos ministros de Hacienda, sobre todo el último, cortasen drásticamente las inversiones. Pero también estamos muy por debajo en inversión privada. En los países a los que quisiera parecerme, básicamente Alemania, Francia e Inglaterra, la inversión pública y privada están más o menos a la par. Esto es bueno, pero la investigación más básica debe apoyarla el Estado.

-Es uno de los divulgadores más conocidos. La ciencia ha ido ganando espacio en los medios y generado nuevos formatos televisivos, ¿moda o cambio cultural?

-Todavía estamos por debajo de otros países punteros. Yo creo que no es una moda que pasará porque la buena divulgación despierta la curiosidad por las cosas. Y esto, aunque uno no vaya a trabajar en ciencia, es muy sano desde el punto de vista cultural y de la elección personal. Te da un criterio propio, no dependes de lo que te diga el vecino, el obispo o el político de turno. Supone una mejor democracia y mayor libertad. ¡Claro que esto tiene que seguir para adelante!